Ensayos lacanianos by Oscar Masotta

Ensayos lacanianos by Oscar Masotta

autor:Oscar Masotta [Masotta, Oscar]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Filosofía
editor: ePubLibre
publicado: 1975-12-31T16:00:00+00:00


COUVADE

La fantasía de procreación, es decir, el deseo de tener hijos del padre, aparece en el texto sobre el Hombre de los Lobos entretejida con la crítica de la fantasía de «doble nacimiento» de Jung, en el capítulo sobre los «Complementos de la época primordial y solución» (Nacheräge aus der Urzeit-Lösung). Freud también la hace depender de las equivalencias, de su reversibilidad: en tanto heces valen por regalo (regalo ofrecido por el niño), los regalos tienen significación anal (los regalos esperados por el niño). Pero en tanto regalos valen por niños, esperar regalos significa desear tener hijos del padre. Pero en la ronda de las equivalencias tampoco está ausente la ley aritmética de la transitividad: si A = B y B = C, entonces A = C. Si regalo vale por niños y regalo vale por dinero, entonces la espera de dinero significa la espera de niños. «En la identificación con la mujer (con la madre) se halla dispuesto a regalar a su padre un niño, y siente celos de su madre que ya lo ha hecho, y volverá quizás a hacerlo (…). Este proceso se desarrolló en nuestro paciente en ocasión de hallarse con su hermana en un sanatorio alemán, y ver que el padre le entregaba dos billetes de Banco (…). Pero no había sido únicamente el dinero real lo que le había excitado, sino más aún el niño que significaba, o sea la satisfacción sexual anal, recibida del padre (…). Pero el fondo homosexual de esta reflexión (…) era tan intolerable que hubo de ser disfrazada de codicia para gran alivio del sujeto».[158]

Si bien en el Hombre de los Lobos se describe —Freud ya lo había hecho en otros textos— la fantasía masculina de procreación, el tenor de la reflexión de Freud, el rigor teórico de sus deducciones y su fidelidad a las premisas que fundaban a esa fantasía no tienen mucho que ver con las desviaciones ulteriores. En efecto, la fantasía masculina de procreación ha ocupado y ocupa aún hoy un lugar preponderante en la teoría psicoanalítica y en su historia. Se trata, como ha observado Lacan,[159] de una verdadera promoción teórica de lo que constituye, no hay que dudarlo, un observable clínico. Solo que ningún observable clínico puede dar cuenta, en el sentido de justificar, de ninguna deducción contradictoria; a saber, lo que no se podría justificar es la destrucción de las premisas mismas de la teoría. Los abogados de tal promoción han sido, no son los únicos; y es como si ellos mismos, alentados por cierta historia de los conceptos, se hubieran otorgado la investidura: Ida Macalpine y Richard A. Hunter.[160]

Macalpine y Hunter, ubicándose en esto en el interior de la tradición de las opiniones kleinianas, reprochan a Freud el hecho de que considerara secundarias (es decir, segundas) las fantasías masculinas de procreación. Freud no habría tenido en cuenta la raigambre pregenital de la fantasía, que solo entrevió en su ensayo sobre teorías sexuales infantiles. Los autores citan, entre otras, la hipótesis contraria expresada en un trabajo de G.



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