Elizabeth y su jardín alemán by Elizabeth von Arnim

Elizabeth y su jardín alemán by Elizabeth von Arnim

autor:Elizabeth von Arnim
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Variada
publicado: 1898-08-09T23:00:00+00:00


27 de diciembre

Creo que ahora está de moda ver la Navidad como un aburrimiento bastante vulgar y como una época del año en que se supone que debes atiborrarte y estar feliz sin causa justificada. De hecho, a mí me parece una de las tradiciones más bonitas y poéticas si se mira desde el punto de vista adecuado y, después de haber sido más o menos desagradable con otra gente durante todo el año, es una bendición verse obligada a ser amistosa en ese día concreto, y resulta verdaderamente delicioso poder hacer regalos sin verse acosada por la sensación de que estás malacostumbrando a quienes los reciben y que sufrirán por ello en el futuro. Los sirvientes son como niños grandes y se contentan igual que los niños con regalitos y chucherías para comer, y las tres niñas se pasan los días anteriores a la Navidad saliendo al jardín y esperando encontrarse al Niño Jesús con los brazos cargados de regalos. Tienen la certeza de que es así como llegan los regalos, y trata de una idea tan bonita que sólo por eso merece la pena celebrar la Navidad.

Como se guarda un gran secreto, yo soy la única persona que se encarga de los preparativos, y no se trata de un trabajo fácil, con tanta gente en la casa y en cada una de las granjas, y todos los niños, grandes y pequeños, que esperan porción de felicidad. La biblioteca resulta inhabitable durante unos días antes y después, y allí es donde colocamos los árboles y los regalos. Cuando se iluminan los árboles y muestran su esplendor derramando su luz sobre las caritas felices de los niños, entonces me olvido de todos los problemas que he tenido que pasar y del número de veces que he tenido que ir corriendo de arriba abajo, y de todos los dolores de cabeza, y entonces disfruto tanto como cualquiera. Primero traen a la niña de junio, después entran las otras y nosotros, de acuerdo con la edad, después los sirvientes, después viene el capataz principal con su familia, después los capataces de las diferentes granjas, las camareras, los contables y las secretarias, y a continuación todos los niños, tropas y tropas de niños; los mayores llevando de la mano a los más pequeños y a los bebés en brazos, y sus madres vigilando desde la puerta. Entran tantos como pueden caber y se ponen frente a los árboles y cantan uno o dos villancicos; después se les entregan sus regalos y salen triunfantes dejando sitio para la siguiente ronda. Mis tres niñas cantan también con entusiasmo, sepan o no lo que se esté cantando. En honor de la ocasión las tres visten de blanco, y la niña de junio hasta llevaba un trajecito de cuello bajo y mangas cortas, que es la manera teutona de vestir a los niños sea cual sea la temperatura. Sus brazos son como los de un boxeador de peso pesado en miniatura —nunca he visto una cosa igual—, y son el orgullo de su joven niñera, quien le había atado cintas azules y no dejaba de besarlos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.