El poso amargo del café by María Menéndez-Ponte

El poso amargo del café by María Menéndez-Ponte

autor:María Menéndez-Ponte [Menéndez-Ponte, María]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2005-12-31T16:00:00+00:00


15.

DE LUNA DE MIEL

Al llegar a la resi, Gordini y yo teníamos tal descarga de adrenalina, que nos resultaba imposible dormirnos por la excitación. La única manera de poder hacerlo era metiéndonos un buen pelotazo de alcohol, era lo único que nos ayudaba a conciliar el sueño cuando estábamos hasta arriba de coca y de emociones fuertes. Así que, burlando al educador de noche, decidimos hacer una incursión por la cocina, donde sabíamos que guardaban las botellas de vino.

Allí nos pillamos una para cada uno y nos la soplamos de una tacada. Luego nos fuimos a nuestros respectivos cuartos a dormir. Yo no me encontraba muy bien, me sentía bastante mareado, pero pensé que durmiendo se me pasaría. Sin embargo, nada más entrar en la habitación, empecé a notar que todo daba vueltas a mi alrededor, y mi estómago giraba como los tiovivos de las ferias. Era horrible. ¡Menuda porquería de vino!

Caí en la cama desplomado. Ni siquiera fui capaz de levantarme para ir al baño cuando sentí una tremenda arcada que me subía a la boca a la velocidad de las balas. Ladeé la cabeza hacia el suelo y solté toda la pota, un revoltijo de vísceras malolientes. Me encontraba tan mal, que ni me moví de la cama. La garganta me quemaba como si me la hubiesen fregado con aguarrás y tenía la frente ardiendo; seguro que tenía mucha fiebre.

—Eres un despojo humano, tío. ¿Y tú eres el que pretendes cuidar de tu hermano?

—Déjame en paz, Bruce Lee, no estoy para charlas.

—Eso ya lo veo, te estás buscando la ruina, igual que tus padres.

—Qué cabrón, Bruce, eso ha sido un golpe bajo.

—Ya lo sé, pero ni siquiera puedes devolvérmelo. Mírate, pareces un pelele. ¿Hasta dónde piensas llegar con toda esa mierda que te estás metiendo? No eres mejor que tu madre.

—Y tú eres un miserable cobarde, que aprovechas que estoy con la guardia baja para golpearme donde más duele.

—Estás arruinando tu cuerpo.

—¡Pero qué dices, tío, no te pases! Solo es un desfase. Mañana volveré a la normalidad. Voy a estar toda la semana sin meterme nada.

—La semana pasada dijiste lo mismo.

—Es por lo de mi hermano, Bruce, no quiero que se vaya, ¿qué voy a hacer sin él? Es mi única familia.

—¿Y crees que esta es la mejor manera de retenerlo? Míralo a él, cuida su cuerpo, no como tú, que pareces una marioneta.

—Te juro que mañana vuelvo al gimnasio, Bruce, te lo juro. ¿Crees que Vandán se quedará si le prometo ir con él todos los días?

—¿Cuántas veces se lo has prometido?

—Sí, ya lo sé, soy un cantamañanas, pero esta vez es de verdad, Bruce, me encuentro fatal, me estoy muriendo, todo me da vueltas… ¡Aaaggg! ¿Qué es eso, Bruce? Me está subiendo una serpiente por las piernas. ¡Socorro, que alguien me ayude! ¡No, no, no me lleves, asquerosa! ¡No quiero irme contigo! Sabía que eras una impostora, que no eras mi madre. Por fin te he desenmascarado, no eres más que una serpiente… No me abogues…



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.