El origen del deseo by Noelia Amarillo

El origen del deseo by Noelia Amarillo

autor:Noelia Amarillo [Amarillo, Noelia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2013-01-01T05:00:00+00:00


Alma

–JODER —siseó Eberhard deteniendo el coche frente a las puertas metálicas que interrumpían el trazado de los altos muros que rodeaban la finca—. ¿Qué narices hago aquí? —se preguntó por enésima vez desde que había hablado con Karol.

Este le había escuchado silente mientras le contaba todo lo que había sucedido, hasta que no le quedó nada por confesar. Y, entonces, tras unos instantes en silencio, el polaco por fin había hablado… solo para darle una dirección e insistirle en que fuera a verle ya que había cosas que no se podían hablar por teléfono.

Y él la había apuntado, había cogido el coche y había conducido hasta ese lugar situado en mitad de ninguna parte, sin dejar de preguntarse cómo era posible que Karol estuviera en Alicante.

Sacudió la cabeza y bajó la ventanilla para asomarse e intentar leer las extrañas palabras que estaban grabadas en mitad del enorme portón: «Kociele na ch». Incapaz de entender lo que ponía, se encogió de hombros y pulsó el botón del videoportero que estaba situado en el corte del muro. La cámara de seguridad se movió hasta quedar enfocada en él y acto seguido las puertas comenzaron a abrirse con lentitud.

Y ante él apareció el mundo extravagante, alterado y luminoso de Karol.

Puso el coche en primera y se adentró en él casi remiso.

La alta muralla de cemento gris sitiaba por completo la inmensa finca, separando del monocromático mundo exterior el insólito lugar que parecía haber sido creado para dar cabida a las más disparatadas fantasías. Condujo despacio sobre un serpenteante camino de baldosas amarillas, que, al más puro estilo Mago de Oz, atravesaba un inmenso jardín de piedras que se extendía por toda la finca cual mantel gigante. Cientos de miles de pulidos guijarros de distintas formas y tamaños se agrupaban formando sinuosos dibujos de los más vivos colores, y, elevándose imponentes sobre estos, monolíticas y titánicas piedras, similares a menhires, se esparcían por el pétreo vergel sin orden alguno. En el mismísimo centro de aquella profusión de colores estaba la construcción más singular de todas las que había visto en su vida. Era… enorme. Y estaba dividida en dos estructuras muy diferenciadas. La planta baja era un imponente rectángulo de unos cuatro metros de altura con una superficie cercana a los ochocientos metros cuadrados. Las paredes de ladrillo visto, pintadas de un imposible rojo sangre, estaban seccionadas por ventanas de tamaño desigual ubicadas a distintas alturas. Las había estrechas y alargadas que comenzaban en el suelo y acababan en el techo; otras recorrían la pared en una línea zigzagueante; y algunas eran simples círculos, de mayor o menor tamaño, que se abrían sin orden ni concierto en los lugares más inesperados. Y, alzándose sobre el rectángulo rojo, había una torre cuadrada, de paredes de piedra y apariencia medieval, coronada por imponentes almenas.

—Joder… —volvió a sisear Eberhard, atónito ante lo que le rodeaba.

Aparcó a pocos metros de la casa y caminó hasta la enorme puerta de entrada y, antes de que pudiera pulsar el botón del videoportero, esta se abrió.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.