El cambio interno by Carlos Molano López

autor:Carlos Molano López [Doerr, Anthony]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Letras de Autor
publicado: 2017-04-03T00:00:00+00:00

¿Cómo germinar una semilla?

Preparar germinados en casa es fácil, su preparación se puede resumir en estos pasos:

Lo primero es poner en remojo la semilla que pretendemos germinar, ésta dependiendo del tipo y de su dureza, estará más o menos tiempo en remojo. Por ejemplo, una semilla de legumbre como la soja verde, el azuki o el garbanzo pueden llegar a necesitar de 12 a 14 horas de remojo en el agua hasta que la semilla se hincha y rompe un poco su cubierta; la alfalfa o el girasol, por su parte, no precisan más de 6 horas. Las semillas pueden ponerse en un bote de cristal, vaso o cuenco y en un primer momento con echar unas cuatro cucharadas soperas ya nos darán una cierta cantidad de germinados.

Una vez pasado el tiempo de remojo, entonces, se les retira el agua por completo y de momento se pueden dejar en el mismo recipiente en el que se pusieron, tapado con un film transparente o cubierto con una bolsa de congelación y dejando una pequeña abertura para que entre el aire y la semilla pueda crecer; otra forma de cubrirlas podría ser con una fina red que podemos sujetar al recipiente con una goma. Las semillas mientras que van creciendo se deben de enjuagar una vez al día o incluso dos en tiempo caluroso, retirando después todo el agua y volviendo a cubrir el recipiente. En el caso de semillas que van a multiplicarse mucho como son la alfalfa o legumbres como la soja verde, a los dos o tres días se pasarán a un recipiente mayor para permitir su libre crecimiento. Este recipiente, ya sea una tartera o cualquier otro, se tapará dejando la pequeña abertura y se sigue el mismo proceso; una vez al día de enjuague y retirada de agua, estando atentos a escurrir bien el agua para evitar que los germinados se pudran (una vez escurrida y retirada el agua, se puede volver a escurrir a los 15 o 20 min ya que habrá una pequeña cantidad que de nuevo habrá ido goteando). En el mercado existen germinadores especiales, en algunos casos presentan dos o tres bandejas donde las distintas semillas van llevando a cabo su crecimiento.

Las semillas al comienzo de la geminación, hay quién prefiere tenerlas en una habitación con poca luz, y a partir de los dos o tres días ya se exponen a la luz. Semillas como las de alfalfa que son buenas fuentes de clorofila, conviene que a partir de los tres días se expongan a dicha luz y de esa forma se ira generando un color verde intenso que aportará la clorofila. A partir de ese momento las semillas suelen ir echando hacia fuera su cáscara y entonces al enjuagarlas lo ideal es retirársela, para que su crecimiento y posterior conservación sean buenas.

Una vez que han pasado varios días, entre cinco y siete; entonces, los brotes ya se pueden utilizar. A veces, en tiempo de calor a los tres días ya se pueden

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