Dios. La ciencia. Las pruebas by Michel-Yves Bolloré & Olivier Bonnassies

Dios. La ciencia. Las pruebas by Michel-Yves Bolloré & Olivier Bonnassies

autor:Michel-Yves Bolloré & Olivier Bonnassies [Bolloré, Michel-Yves & Bonnassies, Olivier]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ciencias naturales, Espiritualidad
editor: ePubLibre
publicado: 2021-09-03T00:00:00+00:00


Espíritu, ¿estás ahí?

El espíritu era central para Gödel. Pero el lógico que era fue más allá: «El espíritu y la materia son dos cosas diferentes. […] Es una posibilidad lógica que la existencia de un espíritu separado de la materia sea una cuestión que se pueda comprobar. […] Podría ser que no hubiese suficientes células nerviosas para realizar todas las funciones del espíritu[457]».

Extendía su concepción no materialista del espíritu a la de la naturaleza de la vida y de su evolución: «No creo que el cerebro haya aparecido de manera darwiniana. De hecho, se puede refutar. Un mecanismo simple no puede conducir al cerebro». Gödel pensaba que el darwinismo, que llamaba el «mecanicismo en biología», algún día sería refutado de manera racional: «Creo que el mecanicismo en biología es un prejuicio de nuestro tiempo que será refutado. A mi parecer, la refutación tomará la forma de un teorema de matemáticas que mostrará que la formación a lo largo de los tiempos geológicos de un cuerpo humano gracias a las leyes de la física (o de otras leyes de naturaleza similar), a partir de una distribución aleatoria de partículas elementales, es tan poco probable como la separación por azar de la atmósfera en sus diferentes componentes[458]».

En realidad, Gödel es muy coherente; intenta hacer en neurología y biología lo que hace en la lógica: construir un teorema que muestre la incompletitud de los razonamientos materialistas.

En neurología, ese teorema afirmaría que, a pesar de su ingente cantidad, no hay en las neuronas del cerebro humano una capacidad de almacenamiento suficiente como para producir todas las operaciones realizadas por una mente. Del mismo modo, otro teorema mostraría que, a pesar de la inmensidad de los tiempos geológicos, no hay suficiente tiempo como para que el conjunto de los seres vivos y de sus órganos complejos puedan derivar de la primera célula gracias a un proceso de tipo darwiniano, basado únicamente en mutaciones que resultan del azar y de la selección natural.

A pesar de ser un teórico, Gödel no dejó de experimentar en este ámbito. En las cartas dirigidas a su madre, explica que hizo más de doscientas pruebas con su esposa Adèle, muy dotada, según él, para la intuición, y ¡capaz de adivinar barajas sin verlas con una probabilidad muy superior a la de un resultado aleatorio[459]!. Además, Gödel escribió mucho acerca de la intuición, cuyo carácter repentino e instantáneo, en oposición al proceso de adquisición de los conocimientos, le parecía ser una prueba suplementaria de la naturaleza no material del espíritu humano.

Pero, si el espíritu humano no es material y si no es el producto del cerebro, ¿podrá subsistir después de la muerte? Gödel da una respuesta positiva a esa pregunta.

Entre julio y octubre de 1961, el lógico le escribe cuatro cartas a su madre, Marianne, quien se había quedado en Viena. Ambos ignoran si se van a volver a ver en vida, por lo que Marianne le pregunta si volverán a verse después de la muerte.

Gödel, que era hiperracional[460] y ponía la



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