Dios hizo el mundo en siete días… y se nota by Luis Piedrahita

Dios hizo el mundo en siete días… y se nota by Luis Piedrahita

autor:Luis Piedrahita [Piedrahita, Luis]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2006-12-31T16:00:00+00:00


Las fundas

Desenfundemos mentiras infundadas

El único detalle inequívoco que demuestra que un objeto es de categoría es la funda. Las cosas buenas siempre tienen funda: unas gafas caras, una cámara de fotos, una radio buena, una buena mandarina…

Los objetos con funda miran a los objetos sin funda como diciendo: «Tú dirás lo que quieras, pero yo soy importante, a la gente le interesa conservarme».

Los que más fomentan las fundas son los de la Tele-tienda, que le ponen funda a todo: «Llame y recibirá en su hogar el armadillo de alabastro rosado que cambia de color según el clima. Hágalo ahora y recibirá una funda de regalo».

Hubo una época en la que estaba muy de moda ponerle al mando a distancia una funda de goma negra supergruesa que se parecía al parachoques de un Volvo. ¿Para qué es eso? Para proteger el mando, sí, pero ¿de qué? ¿De una guerra nuclear? Pues no, es para protegerlo de su uso cotidiano. Entonces, ¿cómo cambia ese tío los canales? ¿Lanzando el mando contra la tele?

Jamás entenderé las fundas de los sofás. Por lo visto hay gente que dice: «Tengo un sofá horrible, pero no pasa nada, voy a ponerle una funda espantosa». ¿Qué pensará el sofá? «Soy tan valioso que me disfrazan de pordiosero para no levantar sospechas». Parece ser que el dueño quiere que el sofá no se gaste. Pero ¿qué tiene en el culo?, ¿papel de lija? Además, digo yo que la funda se gastará también, ¿no? Hay fundas que están a punto de desintegrarse, las ves y son como una gasa, casi transparentes, las fibras ya no aguantan más. Y debajo, en perfecto estado, un sofá horrible.

Los que se aficionan a las fundas, una vez que empiezan, no pueden parar. La gente que tiene en casa un sillón disfrazado de ensalada de remolacha es la misma que siente la necesidad imperiosa de ponerle una funda a los asientos del coche. Y si no, una camiseta. ¿De quién fue esa idea? O un chaleco reflectante obligatorio, que cuando tengan que salir con el chaleco, le habrá pasado lo mismo que a la funda del sillón, y el chaleco ése ya no brillará.

Otra funda que no tiene ningún sentido es la funda de la tabla de planchar. Bonita no es; y proteger, tampoco protege porque se quema. Además, ¿qué es lo que tiene que proteger? ¡Una tabla de conglomerado! No tiene mucho sentido.

Hay dos tipos de fundas, las que son para proteger del agua, como la carcasa amarilla del walkman Sony y la bolsa de la escayola, que es muy frustrante; y las fundas para proteger del polvo como, por ejemplo, los preservativos.

Lo triste es que una funda, por importante que llegue a ser, jamás será lo suficientemente importante como para tener su propia funda.



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