De Riotinto a la Roja by Jimmy Burns Marañón
autor:Jimmy Burns Marañón [Burns Marañón, Jimmy]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo deportivo
ISBN: 9788494331916
editor: Contra
publicado: 2013-05-15T00:00:00+00:00
20 Un oficial
al mando
Herrera fue sustituido en el banquillo de la selección por José Villalonga, un pura sangre español. Nacido en Córdoba en 1919, durante la Guerra Civil se alistó voluntariamente en el ejército nacional con solo dieciséis años, donde llegó al rango de alférez. Una vez terminada la contienda, ingresó en la Academia Militar y, en 1947, siendo ya teniente, fue designado profesor de educación física e hizo un curso acelerado para ser entrenador de fútbol.
Villalonga era un soldado en quien el régimen podía confiar políticamente. Además, su respetable historial entrenando a clubes en la Liga durante la posguerra infundía confianza a nivel futbolístico. Como técnico del Real Madrid a mediados de los 50, dirigió a jugadores españoles y extranjeros y ganó el título de Liga y la Copa Latina en su primera temporada, para después conseguir la primera victoria del club blanco en la Copa de Europa. En 1959 pasó a entrenar al Atlético de Madrid, donde logró grandes éxitos con jugadores como Collar o Adelardo —ambos internacionales— y Miguel Jones, jugador criado en Bilbao y que compartió vestuario con Lezama en el SD Indauxtu, pero no llegó a jugar en el Athletic por haber nacido en Guinea Española y por tanto no encajar en los criterios de selección que exigían un origen vasco. Algo parecido les ocurrió a otros dos jugadores del Indauxtu, José Gárate y Jesús Pereda, criados en el País Vasco pero nacidos fuera de la región.
Villalonga llevó al Atlético de Madrid a lograr dos victorias consecutivas sobre el Real Madrid en la Copa del Generalísimo, en 1961 y 1962, y a alzarse con la Copa de Europa de Campeones de Copa (la futura Recopa de Europa) en 1962, tras imponerse a la Fiorentina, convirtiéndose en el primer equipo español en ganar una competición europea sin perder un solo partido. Para el Atlético, uno de los equipos más irregulares de la Liga española, aquella fue una época gloriosa, tanto como la racha de éxitos con Helenio Herrera, cuando el club se alzó con el título de Liga en 1951 y 1952. Dos jugadores de la época de Villalonga, Joaquín Peiró y Enrique Collar, pasarían a la historia como el Ala Infernal por la entrega, velocidad y técnica que mostraban los dos en la banda izquierda.
Ahora bien, el nombramiento de Villalonga como seleccionador nacional no pasó inadvertido. Los más acérrimos aficionados del Real Madrid le consideraban una especie de traidor por irse al Atlético, mientras que el fútbol español en general le tenía por lo que era —un soldado convertido en profesor de gimnasia con un limitado conocimiento técnico del juego y cuyos éxitos se debían más al talento individual de sus jugadores que a su inspiración como entrenador—. No obstante, aparentemente se dio prioridad a las consideraciones políticas y Villalonga se encontró ante la oportunidad de demostrar que no era tan malo como algunos decían.
El cordobés aprovechó su experiencia en el ejército para imponer a la selección disciplina y un estricto entrenamiento físico y demostró buen criterio a la hora de elegir jugadores.
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