Cuidar a Kel (Spanish Edition) by K.C. Wells

autor:K.C. Wells [Wells, K.C.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fiction, Romance, LGBTQ+, gay, Contemporary
publicado: 2020-12-14T23:00:00+00:00

CAPÍTULO 15

Luc captó la risa que parecía intentar contener Kel.

—¿Qué es tan gracioso?

Kel se alzó, apoyándose sobre su codo, y miró fijamente a Luc. Obviamente parecía estar divirtiéndose.

—Cuando dijiste que íbamos a hablar, no era exactamente así cómo había imaginado que tendría lugar la conversación.

Luc rió, y alargó su brazo, abriéndolo en una clara invitación.

—Ven aquí.

Kel dudo, y luego acortó la distancia que había entre ellos en la cama, acurrucándose contra el lateral de Luc, su cabeza en su pecho.

«Perfecto».

Luc rodeó a Kel con el brazo, y cerró sus ojos brevemente, saboreando el momento.

«Está aquí, en mi cama».

Toda la situación aún se sentía irreal. Sin embargo, las imágenes, que seguían repitiéndose en su mente, eran un erótico recuerdo de que no solo Kel estaba ahí, sino también de que Luc le había besado, acariciado, hecho una mamada, y se lo había follado llevándole a dos orgasmos.

«A su edad, probablemente ya está preparado para la tercera ronda».

Kel dejó escapar un suspiro de satisfacción, y Luc tuvo que sonreír.

—Alguien parece feliz.

—Feliz ni siquiera se le acerca —y giró el cuello para mirar a Luc—. Aún no parece real.

Y eso le hizo reír.

—Lo sé. Después de desearte durante tanto tiempo...

—¿Ha sido... ha sido tan bueno como en tus sueños? —preguntó tímidamente Kel.

Luc no pensaba dejarle dudar ni un segundo. Tomó a Kel por la barbilla, y le miró fijamente a los ojos.

—Mejor. Dios, mucho mejor. Hacía mucho tiempo que había abandonado la idea de que algún día pasaría algo entre nosotros.

Kel se quedó inmóvil.

—Bueno, yo fui honesto contigo acerca de cuándo fue la primera vez que me sentí atraído hacia ti. Tal vez tú deberías ser honesto conmigo. ¿Cuándo, Luc? ¿Cuándo fue la primera vez que pensaste sobre mí, sobre nosotros, haciendo... esto?

—¿Esto? —esa expresión tan tímida era deliciosa.

La sonrisa de Luc se amplió.

Kel alzó los ojos.

—Está bien, está bien. ¿Cuándo te diste cuenta de que querías... follar conmigo? —y se sonrojó.

—Oírte pronunciar esa palabra por primera vez me excita —admitió Luc—. Y está bien, seré honesto. Para mi vergüenza, fue la primera vez que volviste a tu casa tras empezar la universidad.

Kel parpadeó.

—Oh. Oh, guau.

—Ni siquiera te puedo decir qué fue lo que había cambiado en ti. Tal vez fue el modo en que te movías, algo en tu actitud era diferente... simplemente, lo supe. Te deseaba como un loco. Eras lo único en lo que pensaba.

Kel frunció el ceño.

—Pero... ¿por qué avergonzarte de ello? Ya era legal, ¿no es así? Y mis pensamientos sobre ti tampoco eran totalmente inocentes —y resopló—. Al menos, no lo fueron durante un total de cinco segundos hasta que empecé a entrar en pánico.

—Déjame adivinar, ‘Oh, Dios, no puedo ser gay’.

Kel asintió.

—Y luego te convertiste en la última de mis preocupaciones. Estaba demasiado ocupado estando aterrorizado por si alguien se daba cuenta.

Luc le estrujó ligeramente el hombro con la mano.

—Sí, puedo creérmelo. Así que imagina cómo me sentía yo. No iba a excitarme con la imagen del hijo de mi vecino. El hijo de mi vecino Predicador.

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