(crónicas de la tierra 1) El 12 planeta by Zecharia Sitchin

(crónicas de la tierra 1) El 12 planeta by Zecharia Sitchin

autor:Zecharia Sitchin [Sitchin, Zecharia]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


relegando su poder al líder del grupo». Llamados «vientos», los cuatro fueron lanzados en una rápida órbita alrededor de Marduk, «arremolinándose como un torbellino».

El orden del tránsito -primero por Neptuno, después por Urano-indica que Marduk estaba entrando en el sistema solar no en la dirección orbital del sistema (en sentido contrario a las manecillas del reloj), sino en dirección opuesta, en el sentido de las manecillas del reloj. Siguiendo el nuevo sendero, el recién llegado no tardó en verse atrapado por las inmensas fuerzas gravitatorias y magnéticas del gigante Anshar/Saturno y, luego, de Kishar/Júpiter. Su sendero se curvó aún más hacia dentro, hacia el centro del sistema solar, hacia Tiamat.

Fig. 106

La aproximación de Marduk pronto comenzó a alterar a Tiamat y a los planetas interiores (Marte, Venus, Mercurio). «Él produjo corrientes, alteró a Tiamat; los dioses no descansaban, llevados como en una tormenta».

Aunque las líneas de este texto tan antiguo están parcialmente deterioradas en este punto, aún podemos leer que el planeta que se acercaba «diluyó las vitales de aquellos... pellizcó sus ojos». La misma Tiamat «iba de un lado a otro muy turbada» -su órbita, evidentemente, se alteró.

La atracción gravitatoria del gran planeta que se acercaba no tardó en despojar de trozos a Tiamat.

De mitad de ella emergieron once «monstruos», un tropel «rugiente y furioso» de satélites que «se separaron» de su cuerpo y «marcharon junto a Tiamat». Preparándose para afrontar el embate de Marduk, Tiamat «los coronó con halos», dándoles el aspecto de «dioses» (planetas).

De especial importancia para la epopeya y la cosmogonía mesopotámica fue el principal satélite de Tiamat, que recibió el nombre de KINGU, «el primogénito entre los dioses que formaron la asamblea de ella».

Ella elevó a Kingu,

en medio de ellos lo hizo grande...

El alto mando en la batalla confió a su mano.

116

Sujeto a las conflictivas fuerzas gravitatorias, este gran satélite de Tiamat comenzó a moverse hacia Marduk.

El que se le concediera a Kingu una Tablilla de Destinos -un sendero planetario propio- es lo que más disgustó a los planetas exteriores. ¿Quién le había concedido a Tiamat el derecho de dar a luz nuevos planetas?, preguntó Ea. El le llevó el problema a Anshar, el gigante Saturno.

Todo lo que Tiamat había conspirado, a él se lo repitió:

«...ella ha creado una Asamblea y ha montado en cólera...

les ha dado armas incomparables, ha dado a luz monstruos-dioses...

además once de esta clase ha dado a luz; de entre los dioses que formaban su Asamblea, ella ha elevado a Kingu, su primogénito, le ha hecho jefe...

le ha dado una tablilla de destinos, se la ha sujetado al pecho».

Volviéndose a Ea, Anshar le preguntó si podría ir a matar a Kingu. La respuesta se ha perdido debido a una rotura en las tablillas; pero parece ser que Ea no satisfizo a Anshar, pues lo siguiente que tenemos del relato nos muestra a Anshar dirigiéndose a Anu (Urano) para averiguar si él aceptaría

«ir y enfrentarse a Tiamat».

Pero Anu «fue incapaz de enfrentarla y se volvió».

En los agitados cielos, crece la confrontación; un dios después de otro se apartan a un lado.



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