Contra lujuria, castidad by Elías Pino Iturrieta

Contra lujuria, castidad by Elías Pino Iturrieta

autor:Elías Pino Iturrieta [Pino Iturrieta, Elías]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2016-05-27T00:00:00+00:00


A grandes males, grandes remedios. El alboroto de la lujuria debe desaparecer mediante el desarraigo de uno de los alborotadores. Pero sólo de uno, por el momento: la mujer adúltera, quien debe soportar, aparte de una mudanza forzada y costosa que implica la pérdida del control de sus propiedades, un refuerzo de educación cristiana. En el Hospicio de Caracas se le recordarán, junto a otras criaturas extraviadas, los deberes establecidos por la iglesia para las mujeres de su condición que no tienen maestros a mano, ni familiares justos que les sirvan de modelo, ni amigos capaces de ofrecer una asesoría menos rigurosa y evidente. Son, por cierto, los soportes que le sobran al cómplice. Por eso se puede esperar una ocasión más propicia para corregirlo, sin echar a la calle su fama.

La india María Bernarda, llamada La Isleñita, debe correr igual suerte. El 14 de marzo de 1765 ordena el obispo su traslado al hospicio, 'en calidad de educanda' [147]. Sin embargo, la futura 'educanda' escapa de la casa de su madre. Tiene cómplices en la fuga, pues sale por un alto agujero del techo que sólo puede traspasar con ayuda de otros para luego internarse en las sombras [148]. A poco la encuentra el Fiscal de Doctrina, pero otra vez escapa. ¿Qué hacer ante la emergencia? Diez Madroñero solicita el auxilio de Juan Vicente Bolívar, quien cumple con esmero la comisión. Localiza a La Isleñita y la envía al hospicio custodiada por el cabo de su guardia.

El prelado agradece la intervención, en correspondencia que envía desde Cagua el 13 de abril de 1765. Así dice la misiva:

'Mui Señor mío: Por lo eficaz, de la diligencia en el exercicio practicado con María Bernarda quedo nuevamente afianzado de la satisfacción que pueda lograr Vmd. de quien la necesite, pues yo la tengo de que aun quando algún fundamento hubiesen tenido de hablar (...) le desvanecerán absolutamente sus arreglados procederes con el absoluto retiro de las personas que puedan minorar aquella con que me ofrezco a la disposición de Vmd., agradecido y deseoso de servirle. Nuestro Señor guarde a Vmd [149].'



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