Budismo by Alan Watts

Budismo by Alan Watts

autor:Alan Watts [Watts, Alan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Espiritualidad
editor: ePubLibre
publicado: 1998-12-31T16:00:00+00:00


4. EL BUDISMO COMO DIÁLOGO

Ahora quisiera hablar del Zen, una de las escuelas más importantes del budismo Mahayana.

El Zen parece jugar con nosotros. Cuando D. T. Suzuki o yo mismo, por ejemplo, hablamos sobre el Zen, alguien podría aducir que no sabemos de lo que estamos hablando. ¿No fue Lao-zi, a fin de cuentas, quien dijo: «Los que saben no hablan y los que hablan no saben»? Pero, aunque eso fuera lo que afirmara, lo cierto es que escribió un libro de unos ochenta capítulos para explicar el tao y el te, su poder. El hecho es que los seres humanos somos unos charlatanes y que, cuando algo nos interesa, no tenemos más remedio que hablar de ello, aunque no podamos explicar con claridad lo que queremos decir.

La poesía es el lenguaje por excelencia, el arte de decir lo que no puede decirse. Todo poeta sabe que está tratando de describir lo indescriptible ya que, en última instancia, todo es inefable y resulta imposible describir tanto la experiencia mística más excelsa como el clavo oxidado más vulgar. En palabras del famoso conde Korzybski: «Cualquier cosa que digamos que es, no es».

Había un profesor del noroeste que solía sacar una caja de cerillas en clase y preguntar: «¿Qué es esto?». Y, cuando los estudiantes respondían: «Una caja de cerillas», él replicaba de inmediato: «¡No, no y no!». «Caja de cerillas es un mero sonido. ¿Acaso es esto un sonido? ¿Qué es esto, en realidad?» Y para obligarles a encontrar una respuesta, se la arrojaba. ¡Eso sí que era la caja de cerillas!

Pero, aunque nada pueda ser realmente descrito, todos sabemos perfectamente bien lo que queremos decir cuando hablamos. Si usted ha compartido una experiencia con alguien podrá hablar de ella. Todos podemos hablar del fuego, del aire, del agua y de la madera porque sabemos lo que son y no hay en ello el menor misterio. Y, del mismo modo, también podemos hablar de algo tan aparentemente esotérico como el Zen. Los practicantes zen suelen ponerse mutuamente a prueba recurriendo a ciertos juegos y pequeños trucos. Recuerdo, en este sentido, que la ocasión en que conocí a Paul Reps, el autor del extraordinario libro Carne de Zen, huesos de Zen, me dijo: «Has escrito un montón de libros, debes estar muy orgulloso de ello», a lo cual respondí: «La verdad es que no he dicho ni una sola palabra». Éste es un sencillo ejemplo de un juego zen mediante el que los interlocutores se sondean mutuamente. También existe un poema zen que dice:

Cuando dos maestros zen

se encuentran en el camino,

no necesitan ser presentados:

Los ladrones se reconocen a primera vista.



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