Boulevard (Libro 1) by Flor M. Salvador

Boulevard (Libro 1) by Flor M. Salvador

autor:Flor M. Salvador
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-01-22T03:28:52+00:00


Reprimía las ganas de reír al ver cómo Zev miraba su cóctel de frutas de mala gana. Había comenzado un plan de alimentación que al inicio le resultó genial, pero que a las dos semanas se resumió en un «ya no quiero seguir así».

—¿Piensas continuarlo? —cuestioné, llevándome una cucharada de gelatina a la boca. Él lloriqueó.

—Debo. Mi madre es feliz cocinando de esta manera. No puedo hacerle sentir mal, mucho menos cuando se supone que soy el ejemplo para mis hermanos, es un fastidio.

Arrugué la frente y me incliné un poco sobre la mesa para hablar.

—¿No crees que te estás presionando, Zev? Eres el hermano mayor, sí, pero no es razón para sentirte obligado. No siempre tienes que hacer cosas que no te gustan solo para hacer feliz a tu familia. Tomas responsabilidades que tampoco te corresponden…

Él negó con la cabeza y picó otro poco de fruta con su tenedor.

No me agradaba que Zev comenzara a sentirse obligado a cargar con responsabilidades que no eran suyas. Si bien era el mayor de los hermanos, no tenía que hacerse cargo de las emociones de su familia, ni tampoco intentar ser la cabeza cuando su madre todavía estaba; e igual su padre que, aunque no regresara, también tenía el deber de cuidar de sus hijos.

—¿Qué quieres que haga, Hasley? —preguntó sin muchos ánimos.

Carraspeé para eliminar el pequeño nudo que se formaba en mi garganta. Quise hablar, aunque una tercera voz me lo impidió.

—¿Interrumpo algo? —Luke apareció en un extremo de la mesa con sus manos dentro los bolsillos de su pantalón. Llevaba una sudadera negra y el pelo despeinado.

Sentí cómo el ambiente se puso tenso, e incluso demasiado incómodo. Miré a Zev de reojo, esperando alguna facción de disgusto por su parte: así fue, pasó menos de un minuto cuando su mandíbula se tensó y sus ojos se pusieron en blanco.

Zev volví a picar de su cóctel de frutas, pero sin llevarse nada a la boca. Se podía notar su mal humor, era evidente que la presencia del rubio le estaba desagradando. Por si fuera poco, Luke se sentó a mi lado, sonriendo con descaro, su hoyuelo hizo presencia y chocó su hombro con el mío.

—¿Qué haces? No puedes venir cada vez que quieras, estoy con Zev —murmuré cerca de su oído para que mi mejor amigo no lo escuchara.

—No vengo por ti, Weigel… —se rio. Me sentí avergonzada, él arrastró su mano por la mesa y la elevó, apuntando con su dedo índice al chico frente a nosotros—. He venido por él.

Si mi mandíbula no estuviera encajada a mi cabeza, esta se hubiese encontrado en el suelo. Mi entrecejo se frunció, confundida, y al parecer no fue a la única que le sorprendió, ya que Zev lo miró de la misma manera.

—¿Qué? —dijimos juntos él y yo.

Zev se giró a verme y luego a Luke.

—Lo que escuchaste, quiero hablar contigo, Zev —dijo en un tono de voz tranquilo, sin prisa ni pausas—. Necesito hacerlo, ¿tienes tiempo?

—¿Conmigo? ¿Para qué?

Yo no dije nada, solo me dediqué a mirarlos.



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