Billy Bud, marinero by Herman Melville

Billy Bud, marinero by Herman Melville

autor:Herman Melville [Melville, Herman]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Bélico
editor: ePubLibre
publicado: 1924-01-01T00:00:00+00:00


XVIII

Después de la misteriosa conversación en los cadenotes, a la que Billy había puesto fin con tanta brusquedad, no sucedió nada relacionado con nuestro relato hasta que se produjeron los hechos que narraremos ahora.

Hemos dicho ya que en la época, a falta de fragatas (que por supuesto son más marineras que los buques de guerra) en la escuadra inglesa del estrecho, se recurría de vez en cuando al Bellipotent 74 no solo como sustituto válido para la exploración, sino a veces en servicios de mayor relevancia. No únicamente por sus virtudes marineras, que eran poco comunes en un barco de sus características, sino probablemente también porque se pensaba que la personalidad de su capitán era la más indicada para cualquier misión en la que, ante dificultades imprevistas, hubiese que tomar una rápida decisión que requiriese habilidad y conocimientos, además de las cualidades que se le suponen a un buen marino. En una de esas últimas expediciones en que el Bellipotent se hallaba muy lejos del resto de la flota, avistaron a última hora de la tarde, y cuando menos se lo esperaban, un barco enemigo. Resultó ser una fragata que, al apreciar por el catalejo que la aventajaban en hombres y cañones, se aprovechó de su velocidad y largó todo el trapo para huir. Tras una persecución sin demasiadas esperanzas que duró hasta la mitad de la primera guardia de cuartillo, logró escapar.

Poco después de que renunciasen a darle caza y antes de que se disipara del todo la emoción causada por el incidente, el maestro de armas ascendió de su esfera cavernosa y se plantó gorra en mano junto al palo mayor esperando con respeto a que reparase en su presencia el capitán Vere, que estaba paseando a solas por la parte de barlovento del alcázar, sin duda un tanto decepcionado por el fracaso de la persecución. El lugar donde se encontraba Claggart era el asignado a los hombres de menor graduación que deseaban hablar con el oficial de cubierta o con el capitán. Aunque en la época era raro que un marinero o un suboficial pidiera audiencia con este último; y, de acuerdo con la costumbre, solo un motivo excepcional lo habría justificado.

Al cabo de un rato, justo cuando el capitán, sumido en sus reflexiones, estaba a punto de volverse hacia popa, reparó en la presencia de Claggart y vio que se había quitado la gorra con expectación deferente. Conviene aclarar que el capitán Vere no conocía al suboficial antes de que se hiciesen a la mar, pues acababan de trasladarlo de un barco que estaban reparando para que ocupara a bordo del Bellipotent el puesto del anterior maestro de armas, que estaba herido y había tenido que quedarse en tierra.

En cuanto el capitán vio quién era el que esperaba con tanta deferencia adoptó una expresión peculiar no muy distinta de la que cruza inevitablemente el semblante de quien se encuentra por sorpresa con alguien a quien conoce pero no lo suficiente y que tiene un no sé qué que le causa una vaga aversión.



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