Batman Nightwalker by Marie Lu

Batman Nightwalker by Marie Lu

autor:Marie Lu [Lu, Marie]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-12-31T16:00:00+00:00


15

Los reos que acababan de salir de sus celdas parpadearon varias veces ante la luz de un rojo sangre. Uno de ellos miró confuso a la cámara que tenía más cerca. Otro observó a Bruce con incredulidad, como si no terminara de creerse que hubiera escapado de su encierro. De los pisos superiores llegaba el eco de las alarmas y un temblor de pasos apresurados.

—¡Protocolo de emergencia! —gritó una voz por megafonía—. ¡Protocolo de emergencia!

Bruce echó una rápida ojeada a la puerta de salida y un timbrazo resonó en todo el pabellón. Las luces de encima de la salida se iluminaron de verde, indicando que quedaba abierta. «Corre», se dijo. «Huye». Clavó la mirada en la celda de Madeleine. Aún no había abierto la puerta, pero no se la veía; había salido del campo visual de la ventana.

El primer interno se dirigió a la carrera hacia la salida. Sin ser consciente de lo que hacía, Bruce salió disparado hacia la puerta, para bloquearla.

El recluso le enseñó los dientes y se abalanzó sobre él, intentando morderle. Bruce retrocedió, cubriéndose el cuello. Descargó un puñetazo en la mandíbula del hombre, un derechazo limpio. El preso se tambaleó y soltó una palabrota. Volvió a lanzarse contra Bruce. En sus ojos había fiereza, una desesperación ciega. Al oír su voz, a Bruce se le puso la piel de gallina.

—¡Déjame salir! —bufó—. ¡Quítate de en medio…!

Bruce se retorció de dolor cuando el hombre le clavo las uñas en el hombro. Retrocedió y se lanzó con todo su peso contra él, empujándolo. El recluso perdió el equilibrio. De un placaje, Bruce lo derribó y consiguió agarrar el palo de una fregona, justo cuando el otro volvía a ponerse en pie. Le descargó un golpe en las espinillas que lo hizo gritar. Bruce se agachó y repitió el movimiento, descargándole otro golpe en el vientre. El preso se dobló por la mitad, con ojos desorbitados, y se desplomó hacia un lado. La alarma seguía sonando. Todo era difuso y estaba teñido de escarlata.

Bruce levantó la cabeza y vio a otro presidiario: al tipo que había amenazado con trincharlo. No miraba hacia la salida, sino que se había acercado a la celda de Madeleine y tenía una mano puesta en la puerta. Bruce se estremeció de miedo.

Justo cuando estaba abriéndola, Bruce lo apartó de una embestida. Pero el recluso le sacaba treinta centímetros. Le dirigió una siniestra sonrisa. «Voy a morir aquí», pensó Bruce, y la sola idea provocó una descarga de adrenalina que corrió por sus venas. El hombre se acercó a él. Bruce se agachó, evitando por poco el puñetazo, y bloqueó con su cuerpo la puerta.

El preso se preparó para golpear de nuevo.

Por la puerta del pasillo entró un grupo de guardias con cascos, con los escudos en alto y las armas desenfundadas… Eran como borrones negros que gritaban a los internos que se tiraran al suelo. El mastodonte que Bruce tenía delante miró hacia ambos lados cuando lo rodearon. Abrió la boca en un gruñido y se retorció de dolor cuando un vigilante descargó su táser sobre él y lo derribó.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.