Aqui viven leones by Fernando Savater

autor:Fernando Savater
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial Espanya

El memorial de Agatha Christie en Londres, acompañada de Poirot y Miss Marple.

Pero el mismo año 1926 en que publicó su primer best-seller tuvo su contrapartida en desventuras. Para empezar murió Clara, su madre, en quien tanto se había refugiado desde niña y que siempre había sido el puntal de su mundo. Después resultó que Archie, su marido, se había convertido casi en un desconocido en su propia casa porque pasaba días y semanas dedicado obsesivamente al golf. Al principio ella le acompañó (y así se documentó para la novela de Poirot ambientada en los links), pero más tarde la afición del buen hombre se volvió tan maniática que renunció a seguirle y se refugió en la escritura y el cuidado de su hija, regresando a su añorado Ashfield. Archie se quedó solo en Londres, pero cuando volvió a Torquay para el cumpleaños de su hija, le comunicó a Agatha que se había enamorado de otra, una secretaria de veinticinco años, y que quería divorciarse. Lo que hoy es un trámite incluso demasiado trivial, en aquellos años era un escándalo difícil de asumir. Agatha se negó rotundamente a separarse del padre de su hija, convencida —o queriendo estarlo— de que antes o después volvería al redil conyugal, pasado el capricho erótico. Pero, lejos de ello, Archie se hizo cada vez más apremiante en su demanda de libertad, mientras seguía viendo constantemente a su reciente amor. A finales del año fatídico, cuando la nueva pareja estaba pasando un fin de semana en casa de unos amigos cómplices, Agatha Christie desapareció. Su auto Morris fue encontrado cerca de Guilford, en Surrey, pero ni rastro de su dueña. Como ya era una escritora bastante conocida, el asunto se convirtió en portada de todos los diarios, con los añadidos truculentos o picantes del caso. La policía se movilizó en una amplia búsqueda, temiendo un secuestro o, aún peor, un asesinato. Los hubo, naturalmente, que sospecharon del marido, como mandan los cánones. Quizá Hércules Poirot hubiese tardado menos en resolver el asunto, pero durante once días nadie supo dar con la clave del enigma. Al cabo de ese tiempo, un cliente del Swan Hydropathic Hotel de Harrogate (hoy se llama Old Swan Hotel y no parece haber cambiado demasiado desde entonces, más allá del nombre) identificó a una de las huéspedes como Agatha Christie por las fotografías publicadas en la prensa. Se había registrado allí precisamente con el nombre de su joven rival amorosa... Qué fue lo que pasó realmente sigue envuelto en cierto misterio. Se ha hablado de amnesia pasajera producida por una depresión nerviosa y explicaciones semejantes. En su Autobiografía, la escritora no dedica al incidente ni la más leve mención. Lo cierto es que bastantes reprocharon a la policía y a la propia interesada el exagerado despliegue de la búsqueda y el daño producido al erario público. En aquellos benditos tiempos la publicidad por vías de choque no siempre era deseable, y la sobredosis provocada por el caso reforzó aún más la

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