Angie: Novela Erótica Lésbica by Clara Ann Simons

Angie: Novela Erótica Lésbica by Clara Ann Simons

autor:Clara Ann Simons [Simons, Clara Ann]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, romance, romántico, romance lésbico, lesbic, lésbico, novela erótica, LGTBIQA+
editor: Independently Published
publicado: 2020-08-08T22:00:00+00:00


Confidencia inesperada

L a claridad de un nuevo día y el sonido de los pájaros trinando me despiertan. Ángela sigue dormida a mi lado, abrazada a mí y no puedo evitar pensar en nuestra conversación de ayer por la noche, en el esfuerzo supremo que está haciendo para conservarme, en la maraña de sentimientos encontrados que tengo en mi cabeza. En que podría quedarme a vivir en esta cabaña para el resto de mis días, junto a ella.

—Buenos días princesa—exclama aún con sueño mientras se estira.

—Hola cariño.

—¿Otra vez mirando mientras duermo? —bromea sonriendo.

—Me encanta verte dormir desnuda a mi lado, te quedas muy relajada, cuando estás despierta intimidas un poco, que lo sepas. No me extraña que en Madrid te tengan un poco de miedo—le digo acariciando sus manos.

—Pero si de mi época no queda casi nadie ya. No me conocen.

—Quizá por eso, queda tu recuerdo y cuentan muchas cosas de ti.

—¿De mí? —pregunta sorprendida.

—Sí, en serio.

—Dime, quiero saberlo—interviene de repente.

—No sé, son tonterías todo—me disculpo.

—Como qué, dime—insiste ella mientras besa mi mejilla.

—Bobadas, que no parpadeas, que nunca duermes, ese tipo de cosas.

—Sí parpadeo, y ya ves que sí duermo—dice riendo— ¿qué más?

—Nada, son todo bobadas, si me tuviese que creer todo lo que dicen.

—Dime, ¿qué más? —insiste un poco seria.

—Que te tirabas a todas las secretarias que podías—contesto sin poder evitar que me asalten los celos.

—¿De verdad crees eso?

—No, no creo. No es asunto mío—respondo seca.

—Pero te preocupa.

—Bueno, sí, claro que me preocupa. Joder, trabajo allí, Angie—alego algo enfadada.

—En los diez años que estuve en Madrid no tuve sexo hasta el último. Y muy poco, algún rollo de una noche y siempre fuera de la empresa. Durante mi formación había dos chicas más, pero luego yo era la única mujer en el departamento de trading—explica con calma.

—No tienes por qué justificarte.

—Es que quiero contártelo, era la época de las grandes fiestas los fines de semana donde se gastaban cantidades brutales de dinero, corría alcohol y algo de droga. La época de los grandes bonus antes de la crisis, y yo siempre rechazaba a todos mis compañeros. Así empecé a forjar una especie de leyenda negra que no se corresponde para nada con la realidad. Eso y mi falta de empatía que me hacía parecer demasiado brusca—se justifica mientras se encoge de hombros.

—Siento haber sacado el tema.

—No, al contrario, me alegro de que lo hayas sacado. Tiene narices que digan esas cosas de mí, cuando fue precisamente lo contrario. Vengo de una situación económica de mierda, Ruth, yo no he tenido ninguna de las oportunidades que disfrutaron mis compañeros de trabajo; mi vida era solamente trabajar durante esos diez años, cada hora, cada minuto que estaba despierta, totalmente obsesionada por destacar, por demostrar que podía ser como ellos, mejor que ellos—recuerda con mirada melancólica.

—Y has llegado a ser mucho mejor que ellos.

—Bueno…

—Bueno no, eres una leyenda en la sala de trading, joder. Tu carry trade abierto durante más de dos años y medio es algo épico. Todavía se habla de él, no creo que nadie vuelva a conseguir abrir una operación como esa—digo mirándola a los ojos.



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