Amigos del placer by Vanny Ferrufino

Amigos del placer by Vanny Ferrufino

autor:Vanny Ferrufino
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2019-10-30T23:00:00+00:00


Capítulo 14

Definitivamente Connor debía dejar de meterse donde no lo llamaban.

Sin embargo, le era imposible ignorar el hecho de que esa mujer estaba siendo secuestrada, abusada y extorsionada por tres hombres, puesto que las otras dos mujeres, que decían ser sus tías, eran tan feas que difícilmente él podría creerse el cuento de que eran unas solteronas. Si había algo que él odiase con cada fibra de su ser, era que maltratasen a una mujer, y si sus cálculos no fallaban: la cicatriz en el rostro y el daño en la pierna se lo hicieron esos tres hombres.

Quizás no era lo correcto llevarse a la francesa con él —menos si terminó pagando una corona para poder dormirla y sacarla de la posada sin levantar sospechas—, pero tampoco era como si pudiera hacerse el de la vista gorda y dejarla con esos tres malhechores. En el peor de los casos, si no lograba encontrar un buen lugar donde dejarla durante el viaje, le cedería un trabajo en su club.

Mientras el carruaje seguía tambaleándose por el oscuro camino, Connor clavó la vista en la mujer que dormía en el asiento de enfrente, rodeada de los cómodos cojines. Aún con la máscara puesta, se podía apreciar una piel tersa y unos labios llenos y atractivos, también estaba su hermoso cuerpo, el cual seguramente fue el que la llevó a la perdición haciéndola caer en las manos de tres malnacidos.

Ahora mismo estaba cubierta con una manta y junto a él estaba su vestido y ridículo, a la hora de secuestrarla no le dio el tiempo necesario para vestirla, por lo que simplemente tomó sus cosas y optó porque ella misma lo hiciera cuando despertara. No era como si él fuera a hacerle algo malo.

La tentación de levantarle la máscara era inmensa, ella estaba lo suficiente dormida como para que él pudiera hacerlo, pero en el fondo comprendía que no era lo correcto y debía quedarse en su sitio esperando llegar a la próxima parada.

Juntó los párpados con cansancio, disfrutando del olor que la dama desprendía y le recordaba a su esposa, y lamentó no tener a Ashley con él en aquel momento. Una de las razones por las que decidió ayudar a la señora Parker —si es que ese era su nombre real— era poder sentirse mejor consigo mismo haciendo una buena acción al mismo tiempo que adquiría una nueva distracción para no pensar tanto en su esposa; no obstante, desde el momento que la tuvo en sus brazos supo que lo segundo sería imposible. Primero, porque ella olía igual que su ángel y segundo, y admitía que no debió haberse fijado, tenía unos senos igual de encantadores.

No podía abandonar Hundson porque aún no hizo sus averiguaciones en el pueblo, pero sí que podía tocar una puerta pidiendo cobijo, alegando que no había espacio en la posada y su esposa no se sentía bien.

Por suerte su plan fue exitoso y unos ancianos les abrieron la puerta a su humilde hogar otorgándole una alcoba relativamente perfecta para dos personas.



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