Algo para compartir by Elizabeth Bevarly

Algo para compartir by Elizabeth Bevarly

autor:Elizabeth Bevarly
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 1996-01-01T18:56:36+00:00


Capítulo 8

—¿Qué has dicho?

Cooper contuvo la respiración mientras esperaba la respuesta de Katie. Tenía miedo de creer que la había oído correctamente y estaba casi seguro de que la había malentendido.

—He dicho… que él no es mi marido.

En vez de decir nada, él se limitó a mirar su anillo. Ella siguió esa mirada y luego levantó la mano, abrió los dedos y miró inexpresivamente la joya.

—Sí, es una alianza y él me la dio en una ceremonia de boda. Pero la única razón por la que la sigo llevando es porque puede que necesite el dinero que puedan darme si la vendo.

Luego su mirada se centró de nuevo en Cooper firmemente y continuó.

—William no es mi marido —repitió—. No lo fue nunca. Cuando se casó conmigo él ya estaba casado con otra. Sólo que no me lo dijo, ni tampoco al sacerdote, ni al estado de Nevada, ni a nadie más en ese momento.

Ella suspiró pesadamente y luego, con dedos temblorosos, se quitó el anillo en cuestión. Luego lo dejó sobre la mesa que había cerca del sofá.

—No es mi marido —dijo de nuevo—. Y nunca lo ha sido.

Cooper no se dio cuenta de que había apretado los puños hasta que las uñas no se le clavaron en las palmas de las manos y entonces empezó a relajar los dedos.

Apenas había escuchado los detalles de la bigamia de ese tipo porque un pensamiento le retumbaba en el cerebro una y otra vez.

Katie no estaba casada.

Ésta vez fue él el que suspiró.

—¿Cómo… cómo averiguaste la verdad?

—Su verdadera esposa fue a verme la noche anterior del nacimiento de Andy.

William y ella habían tenido una discusión esa tarde, justo antes de que él se fuera a un viaje de negocios que, por esa vez, era cierto. En algún momento de esa pelea, él le habló de mí y le contó sus planes. Era por eso por lo que yo estaba haciendo la maleta para marcharme de esa casa cuando nos conocimos. Tenía que alejarme de William antes de que volviera de ese viaje.

—¿Sus planes? ¿Qué planes?

Katie se levantó y empezó a caminar por la habitación y siguió hablando.

—La esposa de William no puede tener hijos. Una enfermedad infantil la dejó estéril, pero no lo descubrieron hasta que fueron a ver a un especialista.

Entonces dejó de caminar y se dejó caer de nuevo en el sofá, al lado de Cooper.

—William quería tener hijos. Lo quería de verdad. Sobre todo un hijo. Darse cuenta de que su esposa no podía tenerlos lo hizo casi volverse loco. Cuando ella fue a verme tenía un ojo morado y los labios hinchados. Me dijo que se había caído, pero yo me di cuenta de que mentía. Lo que no sé es si William la pegó porque ella luchó con él por mi causa o si era algo que sucedía de forma habitual. Tal vez fuera porque ella no le podía dar el hijo que él quería, no lo sé. Lo único que sé es que, en algún momento,



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