Aleación de ley (Ed. ilustrada) by Brandon Sanderson

Aleación de ley (Ed. ilustrada) by Brandon Sanderson

autor:Brandon Sanderson [Sanderson, Brandon]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 2011-11-08T00:00:00+00:00


10

EL CARRUAJE SE SACUDÍA SOBRE los adoquines mientras seguía una cuidadosa ruta enrevesada para dirigirse al Quinto Octante. Marasi contemplaba las calles abarrotadas, los brazos cruzados. Pasaban caballos y carruajes, y la gente caminaba por las aceras como los pequeños glóbulos rojos fluían por las minúsculas venas que había visto bajo el microscopio en la universidad. Formaban congestiones en las esquinas o en las secciones donde estaban cambiando el adoquinado.

Lord Waxillium y Wayne estaban sentados al otro lado del carruaje. Waxillium parecía distraído, perdido en sus pensamientos. Wayne dormitaba con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados. Había encontrado un sombrero en alguna parte, una endeble gorra del tipo que les gustaba llevar a los chicos que vendían los periódicos. Tras huir de la mansión, habían doblado la esquina y atajado por el parque del Humedal. Al llegar al otro lado, Waxillium había parado un carruaje.

Para cuando se apretujaron en el vehículo, Wayne ya se estaba poniendo la gorra, silbando para sus adentros. Marasi no tenía ni idea de dónde la había conseguido. Ahora roncaba suavemente. Después de haber estado a punto de morir asesinado, después de haberse chamuscado la piel de la espalda, estaba durmiendo. Aún le llegaba el olor acre a tela quemada, y le pitaban los oídos.

«Esto es lo que querías —se recordó—. Tú eres la que le insistió a lord Harms para que te presentara a Waxillium. Hoy has ido a la mansión por decisión propia. Tú te has metido en esto».

Si tan solo diera una mejor imagen de sí misma… Viajaba en un carruaje con el vigilante más grande que habían conocido los Áridos, pero en cada ocasión demostraba ser una niña indefensa, tendente a estallidos de emoción inútil. Empezó a suspirar, pero se contuvo. No. Nada de enfurruñarse. Eso solo empeoraría las cosas.

Avanzaban en paralelo a uno de los grandes canales radiales que dividían las ocho partes de la ciudad. Había visto reproducciones de páginas de las Palabras de Instauración, que incluían dibujos y planos para la construcción de Elendel, aunque el nombre de la ciudad lo había escogido el lord Nacido de la Bruma. Había un gran parque redondo en el centro con flores todo el año y el aire caldeado por un manantial termal subterráneo. Los canales radiaban a partir de allí, extendiéndose hacia las ricas tierras del interior, y el río se dividía alrededor del parque. Las calles y manzanas estaban trazadas de manera ordenada, con enormes avenidas, más amplias de lo que nadie habría creído necesario. Sin embargo, en la actualidad parecían casi insuficientes.

El carruaje se acercaba al puente del Campo del Renacimiento, cuyo frondoso manto de hierba verde y tupidas flores voluntad de Mare se alzaba en una pendiente gradual. Las estatuas del Último Emperador y la Guerrera Ascendente dominaban la cima, adornando su tumba. Allí había un museo. Marasi lo había visitado varias veces de niña, para ver las reliquias del Mundo de Ceniza que habían salvado los Originadores, quienes habían sido criados en vientres de la tierra y renacidos para construir la sociedad.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.