Adiós a los muertos by Brian Freeman

Adiós a los muertos by Brian Freeman

autor:Brian Freeman [Freeman, Brian]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2016-03-07T16:00:00+00:00


31

El centro comercial Miller Hill era un hervidero.

Era una tarde de verano. El sol ardiente se colaba por las claraboyas y proyectaba reflejos anaranjados sobre las frías baldosas cuadradas. Cindy oyó cantar a Rick Springfield por los altavoces, aunque las risas juveniles ahogaban la música. La zona de restaurantes estaba abarrotada de adolescentes. Las chicas soltaban risitas y gritos. Los chicos chillaban con sus voces recién adquiridas. Corrían y se perseguían alrededor de su mesa.

Había mucha gente. Duluth era una ciudad pequeña, pero a ella siempre le había parecido concurrida. Siempre se había sentido a gusto entre las multitudes, pero últimamente había descubierto el placer de los espacios remotos y vacíos. Alaska era así. Jonny y ella habían sobrevolado glaciares y bosques donde no había ningún rastro humano, solo miles de kilómetros sin civilización, prístinos e inmaculados. Igual que las zonas salvajes canadienses que quedaban al norte, eran los animales y la tierra los amos de aquel territorio, no los hombres. La soledad y la extensión del lugar la hacían sentirse pequeña, pero a veces era bueno sentirse así. No le importaba ser pequeña.

Le llegó el olor a palomitas dulces mezclado con el ajo de la salsa de tomate y el dulzor del pan recién horneado. El aire acondicionado no podía competir con el calor del día, y Cindy tenía calor vestida con su blusa roja de manga larga y unos tejanos. Su melena morena era como un abrigo por encima de sus hombros, así que se la apartó.

Era incapaz de tragarse su plato de comida china. Iba picando, pero no tenía apetito. Dio un trago a la botella de plástico de Aquafina.

No podía dejar de pensar en Janine. No envidiaba a su amiga su debilidad como ser humano. Había personas que se enfrentaban a la presión tomando pastillas. Otras bebían. Otras sencillamente no se enfrentaban a ella. Al final, todo era lo mismo. Lo triste era saber que Janine tenía un don y que ahora este se desperdiciaría. Recordó a la madre joven con su hijo que había conocido en la consulta de Janine, un niño con una cicatriz quirúrgica en el pecho y un futuro gracias a lo que Janine había hecho por él. La suya era una historia más entre cientos de pacientes que le debían la vida.

Pero ¿cómo afectaba a una persona saber que la gente vivía o moría debido a ella? Cindy sabía cómo había afectado a Janine. La había convertido en una adicta. Y tal vez también en una asesina. Había sentido tantos celos del aplomo Janine que no se había percatado de cuántas grietas surcaban a la reina de hielo.

Acabó mirando a los jóvenes del centro comercial. Siempre la hacían sonreír. Cada generación debía cometer los mismos errores, equivocarse antes de hacer lo correcto. Todos metían la pata, inocentes, felices, ingenuos. Vio a un chico y una chica en una mesa cercana. Ambos parecían tener unos dieciséis años. No cabía duda de que salían juntos. Compartían un Blizzard de Dairy Queen con dos cucharitas y se inclinaron hacia delante para besarse.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.