Aceptamos marido como animal de compañia by Miriam Lavilla

autor:Miriam Lavilla
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Humor
publicado: 2012-08-09T22:00:00+00:00

La tercera noche todo es más fácil. Amelia ha concluido su conversación con Bjorn y ha decretado que Helena tenía toda la razón del mundo: los suecos son unos desaboríos.

A la que a esta noche le ha tocado quedarse a dos velas es a ti: tu adorado alemán se quedó tan a gusto diciéndote: — ¡Ah, cómo lo siento!

Y tú, bastante incomodada, pensando: «¿Cómo que lo sientes? No, hijo, no, la cosa no va así: se acaba de cualquier manera, pero se acaba».

Susana dice que prefiere aguantar a Luis y sus fotos que volver a meterse en la cama con Arthur. Y es que se quedó dormida en mitad de la intervención. «¡Porque no tenía la lima a mano, que si no aprovecho para hacerme la manicura!»

Carlota dice que con Franco bien, pero que la que fallaba era ella. Le dieron ganas de ponerle la almohada en la boca. No hay quien se concentre con un italiano. El bella bellissima tiene su gracia hasta cierto punto, pero «¡qué bárbaro, es que no callaba ni haciendo abdominales!».

Y Pilar... Bueno, pues el egipcio ya se ha instalado en casa y de ésa ya no sabéis nada más. Salvo que él no ha debido dejarla bajar a la playa. Mira que te jorobaría darle la razón a Helena, pero va a resultar que este moro os ha salido un poco «moro».

Camila ha pillado in fraganti en la playa a Bosco con una chica aún más joven que ella. Se hacían arrumacos y se intercambiaban secretitos al oído.

Al final, las más listas han resultado las que han elegido el producto español y de la edad conveniente, o sea, la vuestra: Helena y Adriana. Así que hoy habéis decidido, por unanimidad, que salís con los madrileños.

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