A pesar de todo by Elizabeth Urian

autor:Elizabeth Urian
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2018-05-02T22:00:00+00:00

CAPÍTULO 9

Una semana después, Rosemary debería sentirse más tranquila. La conversación con el detective que la había visitado había sabido calmar su ansiedad. Si había algún secreto por descubrir, él lo haría, así que James Mortimer partió de inmediato hacia Washington para investigar a Percy, por lo que ella se quedó con la sensación de que todo iría bien. Sin embargo, acababa de recibir otra carta. Y en su desespero, porque parecía que se le escapaba el asunto de las manos, hizo lo que consideró lo más correcto: pedir auxilio a Justin de nuevo.

Cada vez más a menudo recurría a él, se daba cuenta; no solo como su abogado personal, sino porque le parecía un hombre con una moral intachable y digno de confianza. Sentía en su interior que podía fiarse de él del mismo modo que con Jennifer, pero ella ya había hecho bastante. No quería que eso repercutiera en su matrimonio.

Tan pronto recibió la carta de su supuesto amante corrió al despacho de Justin para mostrársela, aun a riesgo de minar todavía más la opinión que tenía de ella.

—El señor Hoffman está jugando fuerte.

Eso fue lo único que comentó. En ningún momento le pareció que volvía a cuestionar su honor.

El alivio que sintió fue tan grande que se preguntó por qué, de repente, necesitaba que tuviera una buena opinión de ella.

—Comienzo a pensar que quizá no vaya a ganar, después de todo —expresó en voz alta el temor que la estaba amenazando desde que recibió la primera.

Él se levantó y se acercó. Le subió la barbilla.

—No me gusta esa falta de confianza.

Sus ojos azules la miraban llenos de ternura y determinación. En un segundo de aberrante locura pensó que con él a su lado era imposible sentirse desanimada.

—Es que parece tan bien organizado…

—Y puede que lo esté, pero no te preocupes por eso. Debes creer que ese detective que has contratado nos será de ayuda. Ya verás.

«Nos. Me gusta cómo suena».

—Pero ¿y si es demasiado tarde y el daño ya está hecho?

—¿Te sentirás más segura si llamamos a Jennifer y averiguamos si tiene alguna noticia? —preguntó solícito.

Rosemary se abstuvo de decir que, como su clienta, lo lógico sería que fuera ella y no su amiga quien las recibiera. Sin embargo, no se perdía nada con probar.

—Sí —asintió, alegrándose de poder ceder parte de sus responsabilidades. Era cierto que como su abogado le pagaba para que hiciera justo eso, aunque también sabía que ningún otro se habría mostrado tan comprometido con su causa.

—No está. —Justin colgó el teléfono después de hablar con el ama de llaves—. Por el momento no hay nada que podamos hacer. —Como deseaba calmar sus inseguridades pensó en un plan que la relajara—. Es la hora del almuerzo, así que me tomaré un descanso. —Asió la chaqueta que colgaba en el respaldo de su silla—. Tal vez te apetezca acompañarme.

La miró como si temiera un rechazo por su parte.

—Por supuesto. —Lo que menos le apetecía era marcharse a su casa sola, por lo que se dispuso a disfrutar de su compañía.

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