Un ático con vistas by Eleanor Rigby

Un ático con vistas by Eleanor Rigby

autor:Eleanor Rigby [Rigby, Eleanor]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2019-12-04T16:00:00+00:00


Capítulo 19

Las vicisitudes de ser una flower power

Solo hay tres situaciones en las que Matilda Tavera ve imposible mostrar su simpatía habitual. Y ninguna de ellas es cuando se cruza con un exnovio, como se verá a continuación: me cuesta sonreír a la gente con mal aliento o trozos de comida entre los dientes, cuando me sacan a la pizarra a resolver un problema matemático y al hombre que le rompió el corazón a Eli. Ninguno de estos supuestos, ni tampoco la experiencia, contemplaban que fuera a ser tan difícil para mí estar tranquila con Julian.

A lo largo de mi vida me han rechazado muchos besos. Ya he dicho que no soy demasiado atrayente sexualmente hablando. ¿Como amiga? Soy la mejor. Los hombres se pelean por mí cuando buscan consejo femenino. ¿Como chica a la que desnudar? Ya no tanto. Y debería alegrarme, porque si de algo se quejan las mujeres —y con mucha razón— es de que las cosifiquen, de que las vean como pedazos de carne. Pero estar en este extremo no es agradable.

No lo fue cuando Adán Nogueras rompió conmigo en el patio del recreo porque no tenía suficiente pecho, ni cuando Pablo Durán me soltó, teniéndome desnuda debajo, porque me prefería como amiga… Pero el rechazo de Julian ha sobrepasado todo lo demás.

Quizá porque con Adán, Pablo y todos los que vinieron después, tenía más expectativas románticas que enfocadas al sexo, y no me importaba tanto no atraerles como mujer. Con Julian es diferente porque quiero que me vea… sexy. Y eso de ayer significó que le asqueo.

Cualquier persona normal habría puesto distancia. O por lo menos habría esperado unos días antes de usar la llave del apartamento. Pero yo trabajo para él y tenía que hacerlo cómplice de mi fantástica idea lo antes posible, además de demostrarle que no me ha afectado su rechazo. Es decir… Hacerle creer que no me ha afectado. Y parece que por el momento lo estoy consiguiendo. Pero solo porque he estado en la cocina batiendo huevos, calentando el horno y fundiendo chocolate.

¿Por qué es tan importante contar con aprobación masculina? Eli se enfada si un tío se le acerca en la discoteca, pero si pasan de ella, se deprime. Tamara vuelve a casa decepcionada consigo misma si no se enrolla con un hombre, como si no hubiera cumplido su objetivo. Y yo estoy ofuscada porque en veintiséis años no he conseguido que un chico quiera besarme. Todos los besos los he dado siempre yo.

Nunca me ha importado… hasta ahora.

Le gustó mi sujetador y mi atrevimiento. Le gustó mi cuerpo. ¿Qué es lo que no le gusta, entonces? ¿Mi cara? Sé que los mofletes y los hoyuelos me dan aspecto de niña, pero tengo un 95 C de sujetador que proclama a los cuatro vientos que soy mayor de edad. Y desde hace un tiempo.

—¿Qué te parece esto?

Aparto la mirada del horno y giro la cabeza a un lado y a otro en busca de la voz que ha hablado.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.