Sombras contra el muro by Manuel Rojas

Sombras contra el muro by Manuel Rojas

autor:Manuel Rojas [Rojas, Manuel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 1964-01-01T00:00:00+00:00


5

Aquí y allá, a lo largo y a lo ancho, gente que quiere hacer cosas. Las hacen, no las hacen, parece que no costara, pero, sí, cuesta; empiezan con lo que tienen y algunos no pretenden ganar dinero, mujeres, automóviles, no, sino realizar lo que desean, lo que les gusta, aquello para lo cual creen tener condiciones, aunque a veces no las tengan. Mueren con la herramienta en la mano o se cansan y abandonan la pelea. Dar una vida real a cambio de algo incierto, ¿qué te parece?, y puede que la des inútilmente. Me gusta, qué le voy a hacer. No, yo me cabrié, dicen otros, dando la espalda.

—Me gusta mucho la novela.

Puede gustarte cualquier cosa, pero si sales de la casa de René o de la casa de cualquiera de los pobres que viven en esta ciudad, te faltará lo que más se necesita: respaldo, y si no tienes, para esto o para lo otro, los puños necesarios, te irás al hoyo. Es cierto que no es cuestión de pensarlo, es cuestión de hacerlo.

—Pero es difícil, ¿no es cierto?

Esta avenida se llamó, en el siglo pasado, o la llamó el pueblo, el Camino de Cintura; hoy es Matta, una avenida para pobres: no hay árboles y aunque al centro se ve un espacio que parece destinado a jardines, en ese espacio no hay otras cosas que tierra, basura y piedras; en el verano resplandece de calor, el verano de los chiquillos pobres. Aquí empezaba antes, hacia el sur, la parte baja de esta parte del cuerpo de la ciudad —decir baja es decir algo: entre la cintura y la cabeza existían ya, quién sabe si desde la Colonia, calles llenas de casas de putas, rateros, piojos y sarna, conventillos y casas de remolienda (linda palabra: viene de remoler, que quiere decir volver a moler, moler mucho y muy fino, ¿qué es lo que se muele, qué finura tiene?, anduve de remolienda tengo el cuerpo molido), casas en que se bebe vino, chicha o cerveza y en donde pierden su virginidad, medio borrachos, numerosos jóvenes, pobres y ricos, de la capital; las prostitutas reciben y dispersan, con jabón bruto y permanganato (que palabra tan antipática), las primeras manifestaciones viriles de los que mañana y ayer fueron o serán los futuros hombres de la patria—; era la parte baja si se habla en términos como topográficos y suponiendo que el centro sea la parte alta o cabeza; los pies, o las piernas, son, entonces lo que va desde aquí hasta… quién sabe dónde.

—Será preciso leer, saber muchas cosas, ensayar, empezar de algún modo, en fin.

Sí. ¿Cómo empezar si naces en las piernas, en los pies o sólo un poco más arriba de la cintura de esta ciudad o en otra parte peor? Haz cuenta que debes trasladarte, a pie, desde un punto a otro, distante, por un camino que va hacia el centro, un camino, una calle, una calle como esta, llena de tropiezos y cantinas, ojo con ellas,



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