James Dean by César Martín

autor:César Martín [Martín, César]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1994-11-30T16:00:00+00:00

En 1952 empezó a trabajar asiduamente en seriales televisivos primero en NBC, luego en ABC y finalmente en CBS. Era el boom de la tele y había trabajo de sobras para los actores que empezaban. Pero más interesantes que esos ingenuos papelitos televisivos son las sesiones de fotos suyas de aquella época. Obviamente en TV Jimmy era una pieza más del engranaje, no podía aportar gran cosa. En cambio cuando posaba para un fotógrafo, él se encargaba de dirigir las sesiones, y creaba pequeñas películas, o más bien documentales sobre su propia vida. Su inexperiencia y su juventud no suponían un obstáculo a la hora de controlar al encargado de captar las imágenes. Los primeros brotes de genialidad afloraron precisamente en esos trabajos. Jimmy no hacía de modelo, en realidad era como un actor y director a la vez, creaba secuencias, fotos con concepto, y para la historia han quedado toda una serie de imágenes magistrales, como la favorita de casi todo el mundo: Jimmy caminando encogido bajo la lluvia por las calles de NYC envuelto en una gabardina, un pedazo de soledad inmortalizada para siempre.

La confusión mental de Jimmy por aquel entonces era considerable. No se quitaba jamás sus sucios jeans azules, ni le gustaba apartarse de su navaja, imaginaba que era un delincuente juvenil con glamour callejero, un motorista salvaje que imponía su ley, pero al mismo tiempo tenía aspiraciones intelectuales y compraba libros sin descanso, la mayoría de los cuales jamás llegaba a leer (sus autores favoritos: Fitzgerald y Hemingway), y pasaba largas horas dándole vueltas al tema de la muerte. Le atraía de forma especial la cultura azteca, porque en ella se aceptaba el suicidio como algo natural que incluso podía ser motivo de orgullo. Sus intereses se dividían entre la interpretación, las motos, los libros, el existencialismo, la música y nuestra queridísima Fiesta Nacional (¡era un jodido fan de los toros!). Dicen que cada vez que se ligaba a una tía, la llevaba a su apartamento, en donde tenía unos enormes cuernos de toro colgados de la pared y un cartel del puto Manolete, y le ofrecía en exclusiva unos cuantos pases de torero con la muleta finalizando siempre con los pantalones en el suelo y la polla en punta, ¡así era James Dean! Su relación con el teatro fue corta y no demasiado memorable. Protagonizó “Macbeth” en la universidad de UCLA, en L. A., y más tarde intervino en dos obras neoyorquinas, polémicas por distintos motivos. La primera fue “See the jaguar”, que trataba sobre un chico encerrado como un animal por su madre durante gran parte de su vida, que es liberado cuando ya es un adolescente y debe enfrentarse al mundo real. Una buena historia para un actor de sus características. El problema surgió cuando Jimmy tuvo un arranque de rabia en un ensayo y amenazó a un compañero de equipo con su navaja, un incidente que ya sentó un precedente en su carrera y le dio fama de conflictivo. Y la segunda se titulaba “The Inmoralist” y en ella Jimmy hacía un papel de moro homosexual.

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