Venganza by Jorge Urreta

Venganza by Jorge Urreta

autor:Jorge Urreta
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial, Intriga
publicado: 2015-08-18T22:00:00+00:00


—Va a ser difícil de explicar. A ver, cuando en el poblado alguien hace algo malo, ¿quién se encarga de reprenderle o castigarle?

—El mago.

—¿Y el mago vela por que no hagáis cosas malas?

—Sí.

—Pues entonces, se puede decir que el mago es el policía del poblado. En mi poblado no se permite que vengan visitantes como tú sin avisar.

—¿Y a quién hay que avisar?

—A los policías.

—¿Y por qué no vamos a avisarlos?

—Es complicado de explicar, pero haré un esfuerzo: hay que avisarlos, pero hacerlo no quiere decir que dejen que te quedes. En muchos casos, no lo hacen y si no lo hacen, te echan del poblado. Yo necesito que te puedas quedar conmigo, así que vamos a pasar de avisarlos.

—¿Y tú no tienes que avisar?

—Yo no. Yo soy de aquí, aunque de una parte alejada del poblado, y no tengo que avisar a nadie.

—Vale, entiendo. Ahora, ¿dónde vamos? ¿A tu choza?

—La verdad es que no lo sé. Todavía tengo que averiguar en qué parte del poblado estamos. El helicóptero se limitó a traernos y además sin un piloto al que preguntar.

—¿Helicóptero?

—El gran pájaro metálico.

—Entiendo.

—Sígueme, tiene que haber más gente en algún sitio.

Realmente, César no sabía dónde estaban. Haber aterrizado con el helicóptero en una playa le indicaba que estaban en algún lugar de la costa, pero no tenía claro cuál. Su primera idea fue acercarse a alguna carretera e ir avanzando hasta encontrar señales que indicasen un pueblo cercano o una dirección. Luego solo tendría que confiar en sus conocimientos de geografía. Hubiera sido mucho suponer sin más que estaban en España, pero haber visto a dos guardias civiles lo dejaba bastante claro. Después, solo necesitó unos minutos de caminata para saber que estaban a poca distancia del centro de Málaga. Ahí tal vez tuvieran suerte y un tipo en taparrabos no pareciera tan extraño.

Mientras caminaban, César vio que en una playa cercana alguien estaba celebrando una gran fiesta al aire libre y que varios de los asistentes habían dejado sus ropas en la arena mientras se bañaban. Para que no le dijera nada ni le impidiera hacer lo que pensaba, César dijo a Monio que le esperara y él bajó con cuidado hasta la playa. Después, con mucho sigilo, robó varias prendas de ropa masculina con las cuales vestir a su amigo de una manera más adecuada. No le gustaba robar y por eso había dejado atrás a Monio mientras lo hacía, para que no le viera. Tenía claro que su venganza le llevaría a hacer unas cuantas cosas de dudosa legalidad y nula calidad moral, pero eso no significaba que le gustase robar.



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