Un amor en juego (Spanish Edition) by Melita Joy

autor:Melita Joy [Joy, Melita]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Babelcube Inc.
publicado: 2017-01-04T23:00:00+00:00

CAPÍTULO DOCE

—He reservado en el Westin Excelsior —dijo mientras se dirigían al servicio de aparcacoches.

—¿No es la misma calle que la de tu apartamento? —inquirió.

—Lo es, pero se trata de una experiencia que no quiero que te pierdas. Me pareció que sería el complemento perfecto para el resto de tu día. Las habitaciones en las que nos vamos a alojar son espectaculares. La mayoría de la gente no tiene la oportunidad de disfrutar de ellas.

La entrada del hotel era impresionante, pero nada la preparó para su suite, que se llamaba Villa La Cupola. La Cupola tenía, de hecho, una cúpula pintada a mano de unos veinte metros de altura. El mayordomo particular les enseñó brevemente las dos plantas, que no eran nada más que extravagancia en exceso.

Tenía su propia pirscina de hidromasaje de estilo pompeyano, un gimnasio, una sauna y un baño de vapor. También tenía un cine privado, una bodega de vino y una vista panorámica de la ciudad. Era increíble.

Siguieron al mayordomo hasta una de las terrazas. Había siete en total. Todas eran perfectas para salir a sentarse y pasar el rato con unas copas de vino.

Por supuesto, tenía un ascensor, un comedor y una cocina independientes. Renato se había asegurado de que los otros cinco cuartos contiguos, así como los dos que venían con la suite, estuvieran incluidos para proporcionar privacidad completa en ambas plantas.

Finalmente, cuando el mayordomo se fue con la propina, Leilani no pudo resistir preguntar:

—Esto debe de haberte costado una pequeña fortuna. Sé que puede estar feo preguntar, pero ¿cuánto podría costar una habitación como esta por noche?

—No estoy del todo seguro. Camilla habrá negociado un buen precio, pero habrá costado probablemente alrededor de 15 000 euros.

Si hubiera estado bebiendo, se habría atragantado.

—Hubo una época en la que esa cifra estaría cerca de mi sueldo anual. Y pensar que hay gente que se gasta el dinero en una sola noche fuera... No tiene nada que ver con la realidad en la que vivo —meditó en voz alta.

—Que no tuviera nada que ver con la realidad en la que vivías es algo del pasado. Todo esto es ahora tu mundo y quiero que te sientas cómoda en él —dijo solemne.

—Creo que se necesita mucho tiempo para acostumbrarse a ello.

—Lo cierto es que un dormitorio como este, aunque me es fácilmente asequible, sigue siendo algo excepcional. Si fuera por ahí gastando esta cantidad de dinero en efectivo a diario, mi riqueza se reduciría rápidamente. Quería darte una sorpresa hoy. Pero despilfarrar depende de los ingresos de cada uno, ¿no te parece?

Asintió con la cabeza, parcialmente convencida. Él, no contento con su falta de convicción, continuó:

—Míralo de este modo. Un hombre gana la humilde cantidad de unos pocos cientos de euros a la semana. Derrochar cien de estos en su ser querido para que tenga una noche especial, ¿es aceptable? —dijo para convencerla.

—Supongo que sí —respondió.

Sus ojos se iluminaron con clara anticipación de ganar el debate.

—Ese hombre habría gastado un quinto de su sueldo semanal en su ser querido y estabas de acuerdo en que era una cantidad aceptable.

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