Teatro by Pierre Augustin Caron de Beaumarchais

Teatro by Pierre Augustin Caron de Beaumarchais

autor:Pierre Augustin Caron de Beaumarchais [Beaumarchais, Pierre Augustin Caron de]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Teatro, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1792-01-01T00:00:00+00:00


ACTO II

El teatro representa un dormitorio magnifico, con una gran cama con dosel y, en primer término, un estrado. La puerta de entrada se abre en el tercer bastidor de la derecha; la de un gabinete, en el primer término a la izquierda. La puerta del fondo da a las dependencias de las mujeres. Una ventana se abre al otro lado.

ESCENA I

SUSANA, LA CONDESA. Entran por la puerta de la derecha.

LA CONDESA.(Dejándose caer en una poltrona.) Cierra la puerta, Susana, y cuéntamelo todo sin omitir detalle.

SUSANA.Nada he escondido a la señora.

LA CONDESA.¡Cómo, Susanita! ¿En verdad quería seducirte?

SUSANA.¡Oh, no! El señor conde no perdería su tiempo con una criada: sólo quería comprarme.

LA CONDESA.Y el paje, ¿estaba presente?

SUSANA.Mejor, oculto detrás del sillón. Vino a pedirme que os suplicara intercedieseis por él.

LA CONDESA.¿Y por qué no se dirigió a mí? ¿Acaso yo lo habría rechazado?

SUSANA.Eso le dije; pero, apenado por tener que marcharse y sobre todo por abandonar a la señora, me decía: «¡Ay, Susana, qué bella y noble es, pero qué altiva!»[207].

LA CONDESA.¿En verdad lo parezco? Yo, que siempre lo protegí.

SUSANA.Luego, al ver vuestra cofia de dormir, se abalanzó sobre ella…

LA CONDESA.(Sonriendo.) ¿Mi cofia?… ¡Qué niñería!

SUSANA.Quise quitársela; era un león, señora; sus ojos brillaban… «Sólo matándome la recuperarás», decía, forzando su dulce y frágil vocecita.

LA CONDESA.(Soñadora.) ¿Y bien, Susanita?

SUSANA.Pero, señora, ¿es que se puede hacer callar a ese diablo? Que si mi madrina por aquí; que si yo querría por allá… Y, no atreviéndose a besar el vestido de la señora, quería besarme a mí.

LA CONDESA.(Soñadora.) ¡Calla! Dejemos esas locuras… En fin, mi pobre Susana, ¿mi marido ha terminado por decirte…?

SUSANA.¡Que si yo no quería escucharle, protegería a Marcelina!

LA CONDESA.(Se levanta y paseando se abanica nerviosamente.) Ya no me ama.

SUSANA.¿Por qué estos celos?

LA CONDESA.¡Como todos los maridos, querida! Únicamente por orgullo. ¡Ah, demasiado le he amado! Le cansé con mis ternuras y le fatigué con mi amor; ésta fue mi única equivocación. Sin embargo, no quiero que esta honesta confesión te perjudique; te casarás con Fígaro. Él sólo puede ayudarnos. ¿Vendrá pronto?

SUSANA.En cuanto vea partir a los cazadores.

LA CONDESA.(Sirviéndose del abanico.) Abre un poco la ventana del jardín. ¡Hace un calor aquí!…

SUSANA.Es que la señora habla y acciona con ardor. (Va a abrir la ventana del fondo.)

LA CONDESA.(Largo tiempo ensimismada.) ¡Huyendo de mí siempre!… ¡Los hombres son los culpables!

SUSANA.(Dice desde la ventana.) Ahí está el señor conde que a caballo atraviesa la huerta, seguido de Perico, con tres o cuatro lebreles.

LA CONDESA.Tenemos todo el tiempo que queramos. (Se sienta.) ¿Llaman, Susanita?

SUSANA.(Va a abrir la puerta cantando.) ¡Ah, si es mi Fígaro! ¡Es mi Fígaro!



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