Sylvia by Celso Castro

Sylvia by Celso Castro

autor:Celso Castro [Castro, Celso]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2017-03-06T16:00:00+00:00


la deuda

¿sabes qué creo?… creo que cuando eres tan feliz, cuando alcanzas ese grado de felicidad tan desbordante, contraes una deuda con la vida… te estoy hablando en serio ¿eh? y… esa deuda acabarás pagándola tarde o temprano, como la pagué yo. porque para mí no existía nada en el mundo aparte de sylvia, absolutamente nada. fíjate que al día siguiente, llego al aeropuerto, se abren la puertas ¿no? y aparece sylvia arrastrando la maleta, y buscándome con la mirada. y de repente, todo lo demás desaparece, se oscurece y desaparece. y yo la abracé y nos fuimos abrazados a un lateral del aeropuerto a besarnos y decirnos cosas. bueno, yo le decía cosas y ella me respondía —y yo a ti…— que no le gustaba llevar la iniciativa. y se reía, recuerdo que se reía mucho, exageradamente, y yo pensaba que era de alegría, de reencontrarse conmigo, que los deseos nos ciegan y nos conducen a extrañas conclusiones. pero estábamos juntos otra vez, y podía abrazarla y besarla y amarla en aquella intimidad, y no veía más, ni me importaba. y así la empujé al matrimonio, y ella simplemente cedió, se dejó ir, que nuestra boda no significó demasiado, le daba igual —sólo es un papel…— y sin embargo, para mí era una culminación, la culminación, era… no sé, mostrarle a mi madre que su hijo se había convertido en un hombre, y que ese hombre sentía verdadero amor por sylvia, que no era un capricho, y que estaba orgulloso de que esa mujer tan hermosa y tan relevante en la vida cultural de mi ciudad, poetisa y subdirectora y… que enamoraba, que me lo dijeron en más de una ocasión —tu mujer enamora…— y que tenía —un inmenso talento— y que era —arrebatadora— pues… que esa mujer era mi esposa, y mi orgullo

y al principio me costaba entender que mi madre no participase de mi exaltación, de mi entusiasmo, y yo lo atribuía a los celos, que a lo mejor se sentía desplazada de mi amor o algo así. y cuando estaba con ella, con mi madre, procuraba abrazarla mucho y darle muchos besos, y decirle que ahora ya no tendría que preocuparse tanto de mí, y podría descansar y viajar —siempre has querido ir a las highlands ¿eh?— para perfeccionar su inglés y todo eso. y mi madre sonreía y me acariciaba, y al verme tan enamorado de sylvia, y tan expuesto, y tan inocente, presentía el peligro, y… ya te digo que sylvia estaba un poco sobrepasada, y venga a reírse por cualquier cosa, por cualquier tontería, y al momento se quedaba callada ¿no? con el ceño fruncido, y otra vez a reírse alocadamente. y yo no sabía cómo interpretarlo… bueno, sí, creía que estaba componiendo algún poema mentalmente, que es muy habitual entre poetas, sopesar un verso, alterar el orden de las palabras, descubrir su máxima resonancia, y… en realidad, lo creía porque me negaba a esa sospecha de la que te hablé, me encerraba



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