Sombras de Medianoche by Lara Adrian

autor:Lara Adrian [Adrian, Lara]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-03-11T05:00:00+00:00

16

No hablaron durante todo el vuelo de regreso.

Sentado junto a Alex, Kade estaba silencioso y abatido, dividido entre dos sentimientos. Por un lado, el deseo de hablarle acerca de la estirpe y del lugar de ella en ese mundo. Por otro, el temor de que si supiera quién era de verdad no pudiera evitar colocarlo en la misma categoría del monstruo que aborrecía y que ahora estaba decidida a exponer ante Harmony y el resto de la humanidad.

El temor de que Alex llegara a odiarlo lo hizo mantener su lengua pegada al paladar durante los cuarenta y cinco minutos del vuelo de regreso hasta la pista nevada de aterrizaje que había en un extremo del pueblo. Era un maldito cabrón por ocultarle la verdad, eso lo sabía. Y había demostrado ser más que un bastardo en la cabaña de Tulak, cuando permitió que el deseo que sentía por ella triunfara por encima de su deber. Su código de honor personal, por muy endeble que pudiera ser, hubiera obligado a cualquier hombre mejor a poner todas las cartas encima de la mesa antes de acostarse con ella.

Pero con Alex no se trataba únicamente de sexo. No se trataba solo de deseo, aunque sintiera el deseo a raudales por ella. Las cosas serían infinitamente más simples ahora si fueran meramente físicas.

El hecho era que Alex le importaba. Se preocupaba por ella. No quería verla herida de nuevo, y mucho menos por sus propias palabras o acciones. Quería protegerla de las cosas que la habían herido en el pasado, y quería hacer todo lo posible para asegurarse de que nada malo pudiera tocarla de nuevo.

Oh, sí, estaba haciendo un trabajo muy fino…

Estaba haciendo un trabajo de primera línea con todo lo que había emprendido desde su regreso a Alaska.

A la luz de la prueba que había hallado en la cabaña, lo que podía haber sido una simple misión marginal para acabar con el problema de un renegado en el campo helado del norte era ahora una búsqueda para localizar a un asesino en el seno de su propia familia. Y ahora tenía como mínimo una muerte más que añadir, y potencialmente dos, si la información acerca de las heridas de Dave era precisa.

Kade rogaba, en contra de sus propias sospechas, que aquel otro ataque salvaje no tuviera también el nombre de Seth como firma.

Estaba todavía reflexionando acerca de ese temor cuando Alex hizo descender la avioneta y aterrizó de manera impecable. Demonios, aun tan agitada como debía de estar, Alex mantenía el control total de los mandos. Una verdadera profesional. Una razón más que contribuía a aumentar la estima en que la tenía.

—Mierda —soltó por lo bajo mientras miraba a través de la ventana del copiloto. Realmente era muy fuerte lo que sentía por esa mujer.

—Parece que la mitad del pueblo está reunida junto al hospital —dijo Alex—. Teniendo en cuenta que el avión de Roger Bemis ya está aquí, debe de haber traído consigo a Big Dave y a Lanny.

Kade gruñó, mirando

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