Secret Kingdom 3. La isla de las nubes by Rosie Banks

autor:Rosie Banks [Banks, Rosie]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 978-607-527-173-6
editor: Editorial Océano
publicado: 2017-05-01T00:00:00+00:00

—Por favor, ¿nos puedes ayudar? —le dijo.

Rita y Abril se miraron sorprendidas, ¡sonaba como si Paula estuviera arrullando como una paloma!

—¿Yo? —arrulló la paloma, sorprendida—. Bien, sí, sí puedo ayudar. ¿Qué sucede?

—¡Me entiende! —resopló Paula, feliz—. ¡Puedo hablar con ella!

—Una grieta ha dividido la Isla de las Nubes en dos —le dijo Paula al pájaro—. Tenemos la esperanza de que tú y tus amigas puedan ayudarnos a unirla.

La paloma miró hacia el otro lado de la isla.

—¿Qué quieres que hagamos? —preguntó.

—¿Podrías reunir a todas tus amigas y batiendo las alas a la vez hacer un poco de viento? —le pidió Paula a la paloma—. Quizá sea lo suficientemente fuerte como para acercar la otra parte de la isla y así podamos pegarlas.

—Necesitaremos muchas alas para poder crear tanta energía —contestó la paloma, batiendo el aire—. Reuniré al grupo.

—¡Irá a buscar a las otras! —les dijo Paula a Rita y a Abril.

—Gracias —gritaron Rita y Abril, mientras Paula acariciaba a la paloma antes de que se marchara volando.

—¡Ojalá funcione! —dijo Abril, con entusiasmo—. Vamos a decírselo a Lolo.

Corrieron hacia la orilla. La otra mitad de la isla estaba más lejos que nunca, pero Lolo todavía se encontraba lo suficientemente cerca y había oído el plan que proponían las chicas.

—¡Qué inteligente! —gritó Lolo—. Haremos tantas nubes como podamos y yo organizaré la recogida de algodón de azúcar en este lado.

—Yo supervisaré la de esta parte —gritó el rey Félix—. Me encanta el algodón de azúcar... Quiero decir, ¡me encanta recoger algodón de azúcar!

Trichi sonrió:

—Probablemente comerá más algodón del que recogerá —murmuró con una risita.

Las chicas, el rey Félix y los duendes del tiempo se dirigieron al prado y se apresuraron a recoger algodón de azúcar. Todos recogieron un montón de sustancia pegajosa de color rosa y la fueron amontonando a lo largo del borde de la nube.

Y aunque el rey Félix y Abril no podían resistirse a ir comiéndose el delicioso algodón de azúcar mientras lo recogían, consiguieron reunir una cantidad suficiente para poder pegar la isla.

Trichi voló sobre el montón de algodón de azúcar y, para que fuera mucho más pegajoso, lanzó uno de sus hechizos. Después voló hacia la otra parte de la isla para repetir el hechizo. Y entonces, todos se arrodillaron y empezaron a extender el algodón rosa por los bordes de la grieta.

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