Q Road by Bonnie Jo Campbell

autor:Bonnie Jo Campbell [Campbell, Bonnie Jo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2002-01-01T00:00:00+00:00

19

Antes de enfilar hacia Queer Road, Tom Parks se había sentado en la entrada del granero y había contemplado la casa de los Rathburn, que se parecía muchísimo a la casa en la que se había criado: dos pisos, un porche que abarcaba la mitad de la fachada y tablones pintados de blanco. La nueva ventana mirador del comedor constituía una mejora muy sensata. Los Rathburn siempre habían encontrado la manera de reformar la casa para bien, mientras que los Parks habían estado tan ocupados con la granja que ni siquiera habían cuidado la suya. Su tío Larry Rathburn, hermano de su madre, era un manitas, siempre estaba arreglando o construyendo algo. A Parks le encantaba el comedero para pájaros en forma de granero que había creado Larry y la forma en que los pájaros se alimentaban en las puertecitas, como si fueran ganado emplumado en miniatura. La casa de la familia Parks tenía un gran arce azucarero delante que se volvía naranja y rojo en otoño. Ver aquella casa hizo que Tom Parks echara de menos a su familia; no a su exmujer e hijos, que vivían en Texas, sino a sus padres y hermanos.

En un día de otoño como aquel, todos habrían estado recolectando las verduras que quedaran en el huerto o rastrillando las hojas, tal vez ayudando a los Harland a transportar heno. Los Harland parecían entonces un grupo enérgico y obstinado, en comparación con los apacibles Parks, pero, por alguna razón, eran los hombres de la familia Parks los que morían de forma poco natural y nada apacible. Cuando Tom Parks era un adolescente, el hermano mayor había cruzado las vías en Queer Road sin mirar y un tren de mercancías había arrastrado su coche medio kilómetro hacia Kalamazoo. Uno de los tíos de Tom había recibido un disparo el día en que se abría la veda del ciervo. Después, el padre de Tom sufrió un ataque al corazón mientras conducía el tractor y se estrelló contra un árbol junto al estanque. Si Tom Parks hubiera sido supersticioso, habría sospechado que su familia arrastraba algún tipo de maldición. Tenía cuidado con las armas, las vías del tren y la maquinaria pesada, pero había elegido una profesión en la que había muchas formas violentas de morir. Sabía que tenía que abandonar esos pensamientos, no tanto porque temiera la muerte, sino porque la muerte de un hombre al que ninguna mujer amaba le parecía miserable.

George tendría que mantener cerrada con llave la puerta del granero, se dijo Tom. Era absurdo tentar a los niños a que dañaran tu propiedad, y una puerta de granero abierta era una invitación. Si Tom Parks hubiera mirado por encima del hombro una última vez, habría apreciado una columna de humo que salía por la entrada del granero, pero Parks pensó que ya había visto suficiente. Aunque seguía pensando que había un niño escondido dentro, no quería molestar a los niños más de la cuenta. En su opinión, los niños a veces necesitaban

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