Psiquiatría de la elipse. Aventuras del sujeto en creación by Ivan Darrault-Harris Jean-Pierre Klein

Psiquiatría de la elipse. Aventuras del sujeto en creación by Ivan Darrault-Harris Jean-Pierre Klein

autor:Ivan Darrault-Harris, Jean-Pierre Klein
La lengua: spa
Format: epub
editor: Universidad de Lima
publicado: 2017-11-15T00:00:00+00:00


LA ÚLTIMA SESIÓN

Decidimos con Beatriz dar término a la terapia. Le anunciamos por adelantado la fecha de la última sesión. Veamos cómo se desarrolló:

Beatriz afirma de frente que 'se siente enormemente mejor en su piel'. Es una muchacha expansiva, que tiene éxito en sus estudios y espera triunfar en su vida. La imaginación es una de sus dimensiones, y ella la cultiva y tiene gusto para escoger sus lecturas de ficción. En la última sesión no relata ya una historia inventada, sino un sueño, según ella (aunque, probablemente, lo reconstruye por completo). Aquí va textualmente:

Ayer leí La Bella y la Bestia. Durante la noche, soñé con mi libro: la Bestia era un príncipe horrible y la Bella era una tortolita. La historia comenzó cuando la familia paloma se quedó pobre. Toda la familia estaba bajo el efecto de la mala suerte que les había echado una vieja bruja. La habían encontrado en el bosque; ellos querían construir en un rincón su casita. Pero, según ella, el bosque era de su propiedad, y por eso les echó la mala suerte. La hermana mayor, una paloma, era prisionera de un ser humano, un horrible príncipe que había dicho: 'Ustedes deben darme una de las palomas para que libere a la otra'.

La bella paloma, la hermana menor, se ofrece para el trueque. El príncipe compara las dos tórtolas. Cuando vio que la tórtola menor era la más bonita, soltó a la mayor. La hermana mayor quedó libre.

La bella paloma se escapó una vez para visitar a su familia, al padre, a la madre, al hijo, a la hermana mayor. Pero tenía que regresar de inmediato, sino él moriría [ sic ]. Así que ella volvió. La bella paloma se transformó en princesa y el príncipe horrible, en hermoso príncipe.

Fin del sueño.

En el momento de despedirse, el psiquiatra dijo a Beatriz: '¿Y? La maldición se rompió'. Y añadió: '¿Sabes? Yo creo que el príncipe vendrá algún día'. Ella comprendió que él se refería a ella, asimilándola a la heroína de su 'sueño'.

En fin, es evidente, sin entrar en más detalles, que el sueño es la conclusión de todo lo que hemos logrado con ella.

Beatriz puede realizarse en su propia vida.



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