Popol Vuh by Anonimo

Popol Vuh by Anonimo

autor:Anonimo [Anonimo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ficción, Histórico, Cuentos, mitologías y leyendas, América
publicado: 1000-11-15T00:00:00+00:00


Al quinto día se mostraron, pues, de nuevo, y fueron vistos en el agua por los hombres. Semejantes a dos Hombres-Peces aparecieron. Entonces sus rostros fueron vistos por los Xibalbá, y fueron buscados en las aguas. Al día siguiente se mostraron dos pobres, de lastimosos rostros, de lastimoso aspecto; unos lamentables vestidos eran sus trajes; sin adorno sus rostros. Entonces fueron vistos por los Xibalbá. Hicieron poco, pero danzaron el Búho, danzaron la Comadreja, el Armadillo, danzaron el Ciempiés y los Zancos. Hacían muchas maravillas. Quemaban las casas como si realmente hubieran ardido, y después al instante renacían. Numerosos Xibalbá asistieron a ese espectáculo. En seguida se sacrificaban, uno de ellos matando al otro, y después el primer matado se tendía” muerto, pero inmediatamente su rostro revivía. Los Xibalbá asistían al espectáculo de todo lo que ellos hacían. Hacían el comienzo de su triunfo sobre Xibalbá. En seguida el relato de sus danzas llegó a las orejas de los jefes Supremo Muerto, Principal Muerto, los cuales dijeron al escucharlo: “¿Esos dos pobres son verdaderamente tan divertidos?” “Verdaderamente bello es lo que danzan y todo lo que hacen”, respondió el que había contado a los jefes lo que se ha dicho. Tentados por lo divertido de lo que escuchaban, éstos enviaron a los bailarines sus mensajeros. “Que vengan para que asistamos a lo que hacen, que nos maravillemos, que asistamos al espectáculo”, les fue dicho a los mensajeros. “Decidles eso”, les dijeron a los mensajeros. Éstos, al llegar junto a los bailarines, les dijeron las palabras de los jefes. “No, no queremos, pues verdaderamente tendríamos vergüenza. ¿No tendríamos vergüenza de subir a la mansión de los jefes, a causa de nuestras feas caras, de nuestros grandísimos ojos de pobres? ¿No se ha visto que solamente danzamos? ¿Qué dirían nuestros compañeros de miseria que están allí deseando también participar en nuestras danzas y en ellas vivificar sus rostros? No obraremos así con los jefes. No queremos, pues, oh mensajeros”, dijeron Maestro Mago. Brujito. Excusándose, doliente el rostro, fueron, enfadados, atormentados, sin querer ir de prisa, y numerosas veces los mensajeros los trataron con violencia, los golpearon, para llevarlos ante los jefes. Llegaron así ante los jefes, se humillaron, bajaron sus rostros al entrar, se humillaron, se inclinaron, presentando un aspecto lastimoso al entrar, unos verdaderos rostros de pobres. Entonces se les interrogó sobre sus comarcas, sus tribus; se les interrogó sobre sus madres, sus padres. “¿De quiénes venís?”, se les dijo. “No sabemos, oh jefes. No conocimos los rostros de nuestras madres, nuestros padres; éramos pequeños cuando murieron”, respondieron, sin hablar más. “Muy bien. Hacednos admiraros; lo que queráis; os daremos vuestro pago”, se les dijo. “No queremos nada. En verdad tenemos miedo”, respondieron a los jefes. “No tengáis miedo ni vergüenza. Danzad ahora. Ejecutad primero la danza en la que os sacrificáis. Quemad mi casa. Haced todo lo que sabéis. Que veamos todo lo que hacéis, es lo que nuestros corazones desean. Partiréis en seguida, oh pobres, y os daremos vuestro pago”, se les dijo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.