Operación Vanessa by Sonia Bellido Aguirre & Clara Ann Simons

Operación Vanessa by Sonia Bellido Aguirre & Clara Ann Simons

autor:Sonia Bellido Aguirre & Clara Ann Simons [Bellido Aguirre, Sonia & Simons, Clara Ann]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2023-06-19T22:00:00+00:00


Capítulo 13

Alexia

Camino por los pasillos del instituto como un zombi, temblando, mi cabeza dando vueltas sin parar a las posibles implicaciones que causará el hecho de que Vanessa tenga la carta en su poder.

Al doblar una esquina, me quedo inmóvil. Vanessa está charlando con su grupo de amigas, llamando la atención de todos los que pasan a su lado. En su mano, la carta que nunca debió recibir y en ese momento, el pánico vuelve a apoderarse de mí en una oleada vertiginosa.

Nuestras miradas se cruzan y sus ojos se abren de par en par al verme. Brillan con una expresión extraña, una expresión que me hiela la sangre.

De pronto, se acerca a nosotras sin apartar la mirada y sin apenas darme cuenta, aferro la mano de Riley como si fuese un salvavidas. Ella me mira con sorpresa. Al percatarme de lo que acabo de hacer, la suelto con rapidez y coloco instintivamente los libros sobre mi pecho a modo de escudo, como si eso pudiese protegerme de lo que está por venir.

Vanessa se detiene ante nosotras y arquea una ceja divertida.

—Alex, Alex… esto sí que ha sido una sorpresa. No me lo hubiese esperado ni en un millón de años —apunta agitando la carta frente a mí. Sus labios se curvan en una mueca de diversión y yo me quiero morir.

Al notar mi nerviosismo, veo por el rabillo del ojo que Riley se pone rígida a mi lado, cierra los puños y me temo lo peor.

—Quiero pensar que ha habido algún tipo de error en esta última carta —expone de pronto—. Aun así, me tendréis que explicar con calma las anteriores. Lamentablemente, no eres mi tipo y Riley tampoco —añade encogiéndose de hombros.

—Joder —es todo lo que puedo responder, mi voz justo por encima de un suspiro.

A Vanessa debe parecerle algo muy divertido, porque alza las cejas mirándome de arriba abajo y abre la boca como para decir algo. Sin embargo, soy incapaz de aguantar más esta situación. Giro sobre mis talones y huyo del instituto ante la mirada de asombro de los estudiantes que se dirigen a sus aulas.

Las lágrimas que se escapan de mis ojos me nublan la vista mientras deambulo sin rumbo fijo, buscando tan solo alejarme lo más posible. Ni siquiera sé cuánto camino, ni en qué dirección. Solo sé que en un momento determinado, apoyo la espalda en un viejo árbol y me dejo caer hasta quedarme sentada, abrazando con fuerza mis rodillas y con la respiración agitada por el pánico.

Mi pulso se acelera de manera salvaje, mis sentidos aturdidos por la angustia. Rasco el interior de mi codo de manera compulsiva, hasta dejarlo en carne viva. En mi cabeza resuenan implacables las burlas imaginarias de Vanessa y sus amigas. El daño está hecho, he quedado como una auténtica imbécil, exponiendo mi corazón para que se diviertan de aquí al final de curso.

El mundo parece empequeñecerse a mi alrededor, cada respiración es una lucha mientras aferro mis rodillas con desesperación. Todo se ha ido a la mierda.



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