No solo eres amor by Sonia Puente

No solo eres amor by Sonia Puente

autor:Sonia Puente [Puente, Sonia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: ficción, gay, romance, LGTBIQA+, LGBTIQA+
ISBN: 9798354787609
Amazon: B0BKN9SNTD
publicado: 2022-11-02T23:00:00+00:00


Según mi abuela, soy un desastre para disimular. Ha insistido tanto en averiguar qué me sucedía, cuando me he ido a despedir de ella, que a punto he estado de abrirle mi corazón y vomitar todo lo que ha pasado y cómo me siento. Pero ¿de qué serviría? No creo que deba preocuparla hasta que acabe de aclarar todo con Drew.

—¡Oh, vamos! Esto es una puta broma —me quejo en el interior de la furgoneta mientras reviso la próxima entrega: Hall Corporation.

Conduzco de forma brusca y recibo varios bocinazos con su correspondiente insulto. Paso de todos ellos. Estoy muy cabreado con mi suerte. ¿Dónde estaba yo cuando se repartió la fortuna en esta ciudad? Aparco delante de las torres redondas, lleno los pulmones de aire y lo dejo escapar de manera lenta. «Vamos, Jake. Solo debes entregar el paquete en la recepción y largarte de ahí. No tienes por qué ver a Hall» me intento animar a mí mismo.

Observo a la gente que entra y sale y me doy cuenta de que todo esto es absurdo. ¿Cómo narices voy a hablar con Drew si casi me está dando un puto ataque de ansiedad por tener que entrar en las torres? Gruño. Yo nunca he sido un cobarde, jamás he bajado la cabeza por nadie, tampoco debería hacerlo por Drew Hall.

Salgo de la camioneta y accedo por las puertas giratorias al interior del vestíbulo del edificio. Me acerco a la recepción y espero a que alguna de las dos muchachas cuelgue la llamada que atiende y pueda prestarme atención. Tamborileo mis dedos encima del paquete, consiguiendo que una de ellas me mire mal, pero me importa una mierda. Lo único que quiero es dejar aquí la entrega y largarme lo antes posible.

—¿Jake? —Oigo que me llama una voz de mujer. Me giro y el rostro sonriente de una bonita latina me recibe.

—Hola, Lola.

—¿Has venido a hablar con Drew? —pregunta esperanzada.

—No. Estoy aquí para entregar un paquete —respondo a la vez que señalo la caja.

—¡Oh, vale! —contesta algo desilusionada—. ¿Cómo estás?

—Bien. Trabajando, sin novedad.

—¿En qué puedo ayudarlo? —dice la voz de una de las chicas desde detrás del mostrador.

—Vengo a dejar esta entrega. —Lola se mueve unos pasos y se sitúa algo más cerca de mí.

—¿Para quién es? —No contesto, pero le acerco el paquete con la esperanza de que lea el destinatario y se quede satisfecha—. Para Hall Corporation.

Cierro un momento los ojos porque ponerme a maldecir aquí dentro no sería nada adecuado. Sobre todo, por los dos gorilas de seguridad que pasean por el vestíbulo, que acabarían lanzando mis huesos al suelo sin ningún miramiento.

—¿Quiere subir usted mismo a entregarlo? —pregunta la chica.

—No —me apresuro a contestar y carraspeo para tranquilizarme—. No hace falta. Con una firma aquí será suficiente.

La recepcionista garabatea en mi tableta y le agradezco el gesto con una sonrisa. De reojo, observo que Lola continúa a mi lado, en silencio, sin decir nada. Solo me mira con una leve sonrisa en la cara.

—Bueno, me voy, que tengo que…

—Te acompaño hasta afuera, quiero comentarte algo.



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