Neïra (Andrea Longarela) - Juliette y las canciones perdidas by Andrea Longarela

Neïra (Andrea Longarela) - Juliette y las canciones perdidas by Andrea Longarela

autor:Andrea Longarela [Desconocido]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


Aquella noche, empujada por el propio esfuerzo que había tenido que hacer Mathis para regalarme el cuadro rosa, decidí enfrentarme a mis propios fantasmas y subir al desván. Observé las cartas a mi izquierda, pero en esa ocasión no se trataba de descubrir qué escondía Bastien en ellas, sino de mirar al otro lado.

Caminé hacia el piano y contuve el aliento. Rocé la tapa con los dedos, la suavidad del asiento de piel. Desvié la mirada unos segundos al libreto de partituras, abierto y con sus páginas cubiertas de notas y las canciones tituladas con la letra alargada y elegante de Bastien en tinta negra. Me senté en la butaca y cerré los ojos. Me lo imaginé allí, creando, soñando, sintiendo, anhelando.

Levanté la tapa que cubría el teclado y acaricié las teclas blancas. Jugué a descubrir la textura y el volumen de las negras. Me moví por la superficie como si estuviera leyendo en braille una historia solo escrita para mí. Y, cuando creí que no sería capaz de hacerlo, apreté con firmeza la primera nota. El sonido reverberó en la buhardilla y en cada parte de mi cuerpo. La segunda costó un poco menos. Los dedos volaron con rapidez, se adelantaron a las siguientes, y la música fluyó como lo hace cuando la llevas dentro.

Se me aceleró el pulso cuando la melodía tomó forma, una canción de amor que había aprendido en mi adolescencia y que pensé que había olvidado, pero no. La música nunca se olvida. Se te enreda en las venas, una raíz atravesada para siempre bajo la piel.

Cuando la balada terminó, abrí los ojos y me encontré con el libreto de mi padre frente a mí. Resultaba fácil leer las composiciones. Una secuencia de notas que se convertían a toda velocidad en mi cabeza en algunos de sus éxitos. Un idioma conocido. Uno que jamás podría olvidar, aunque renegara de él.

Me levanté, inquieta, y me sequé las manos en las perneras. Las tenía sudadas y me temblaban. Hacía diez años que no tocaba el piano. Hacía diez años que había decidido dejar de desear parecerme a él. Hacía diez años que había comenzado a odiarlo, a alimentar un despecho que había acabado disfrazado de indiferencia. Y, de pronto, sentía que estaba en la casilla de salida y sin saber cómo jugar.

Me acerqué a la ventana y observé el jardín. Desde allí, tenía una visión privilegiada de las flores de Joséphine. Con un nudo en la garganta, abrí la cristalera y dejé que el frío me rozara. Respiré con profundidad el aroma de mi nuevo hogar y me senté de nuevo frente al piano.

Leí la partitura que tenía sobre el atril, ignoré la punzada directa a mi corazón y comencé a tocar.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.