Mi jugada perfecta by A.S. Lefebre

autor:A.S. Lefebre
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2020-05-21T06:50:06+00:00

Capítulo 18

Andrew y Anthony se habían reunido muy temprano con el administrador y los abogados. Aunque el duque aún no podía darle el título sí podía darle la potestad sobre las propiedades, ya que Andrew era el heredero. La reunión no había sido muy agradable, ya que los abogados se negaban a que Anthony lo hiciera, debido a que Andrew había estado en el extranjero durante mucho tiempo, no obstante, el señor Carlos, el administrador, estuvo de su parte y les recordó que nadie mejor que Andrew para que se hiciera cargo de todos los negocios debido a que el duque, por su salud, no podría, y durante los anteriores dos años fue necesario, ya que los arrendatarios siempre habían contado con su presencia.

—Mi lord, ¿se da cuenta de todas las responsabilidades que hay referente a Richmond? Las tierras son muchas y no solo son las tierras o los hacendados, también tiene responsabilidad con otras propiedades y los negocios familiares —le dijo uno de los abogados a Andrew.

—Sobre las propiedades y los hacendados es solo cuestión de ponerme al día y sobre los negocios yo tengo mis propios negocios, así que no es ninguna novedad para mí —le contestó Andrew.

—Sobre las tierras yo le ayudaré, ya que me he hecho cargo todo este tiempo —intervino el señor Carlos.

—¿Y la fábrica?

—No estoy al tanto sobre la fábrica, pero creo que ustedes sí, principalmente usted, señor Tacher. —Centró su atención en el—. Me gustaría mucho que me pusiera al día de todo, ya que tengo entendido que usted maneja las finanzas del lugar.

El duque sonrió ante el comentario mordaz de su hijo y la cara de ofensa del abogado.

—No dudo que mi hijo tenga la capacidad para hacerse cargo de todas las responsabilidades, me ha demostrado que puede salir adelante solo y vosotros han sido testigos, ya que Andrew hace mucho no retira su fideicomiso y ha sido quien mantiene al día lo del negocio ferrocarril.

—Es cierto, milord, ¿pero si decide marcharse nuevamente? —protestó.

—Señor Tacher, mi hijo se casará pronto y por el bien de mi futuro heredero va sacar adelante todas las responsabilidades referentes a Richmond. —Anthony tenía un tono de voz brusco, ya estaba cansado de tanta negativa del abogado.

—Disculpe, milord, no estaba informado de eso.

—No tenía por qué estarlo —replicó—, aun así, ya lo sabe, como ya sabe que Andrew es quien se hará cargo de todo de ahora en adelante y quien ponga en duda las capacidades de mi hijo será despedido inmediatamente.

Todos los hombres asintieron con la cabeza.

Luego de que los abogados le dejaran un par de documentos y tomaran nota de algunas peticiones, entre ellas el certificado de matrimonio para Andrew, se despidieron, confirmando una pronta visita para finiquitar otros detalles.

—Señor Carlos, ¿cómo está el asunto con las propiedades? —preguntó Andrew.

—Milord, últimamente ha habido algunos contratiempos.

—Llámame, Andrew, y cuéntame cuáles contratiempos.

—Sí, mi…, Andrew, como ya sabía, los arrendatarios se dividen entre cultivadores y productores los que tienen animales, tuvieron una perdida, hace un mes hubo un

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