Matar a Franco by Antoni Batista

autor:Antoni Batista [Batista, Antoni]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2015-01-31T16:00:00+00:00

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Tres testimonios en primera persona

Jordi Conill. Barcelona, 2 de mayo de 1986

Yo soy hijo de una familia trabajadora del barrio d’El Clot de Barcelona, todos anarquistas, tanto de la línea pacifista como de la línea FAI; un tío mío estuvo con Durruti y con Ascaso. Acabada la Guerra, esta familia es represaliada, con muertos, fusilados, exiliados… Yo soy un chaval de barrio, con mi padre en la cárcel, mi padre era la única oveja negra porque era del POUM [Partido Obrero de Unificación Marxista, tendencia trotskista]. Cuando salió de la cárcel se ganó la vida, y ello me permitió estudiar y trabajar, hice el bachillerato y cuando me detuvieron estaba a punto de terminar la carrera de Ciencias Químicas. Siempre sentí la revuelta, la revuelta que me rodeaba, por el pasado, la historia. Conecté con mi familia francesa, estuve un año y medio trabajando en Francia, luego en Alemania, y empecé a militar en las Juventudes Libertarias, optando por una línea de acción violenta, de lucha armada como expresión pura de revuelta, sin un análisis más acabado. Fue en la cárcel donde de la revuelta paso al raciocinio. Llegué a llevar pistola.

Me detienen regresando de Francia, de una conferencia de las Juventudes Libertarias. Por una caída previa del Frente de Liberación Popular (FLP) sale mi nombre, por las relaciones que mantenía con esta organización, y ya estaba buscado. Previamente a mi entrada al país ya habían detenido a otros miembros de las Juventudes Libertarias, a causa de esta relación. Crucé la frontera por Puigcerdà, fallaron los mecanismos de seguridad, que eran muy rudimentarios.

Por una detención anterior saben de mi pertenencia a las Juventudes Libertarias y me acusan de una serie de hechos de violencia rudimentaria, colocación de artefactos en locales de Falange, del Opus Dei, de La Vanguardia… Y como había habido un conato de atentado contra Franco en Ayete, intentan también que lo asuma. Yo era efectivamente responsable de un pequeño núcleo de las Juventudes Libertarias en Catalunya, y me hice responsable de mis actuaciones, cerrando allí el expediente. Pero no me como el atentado de Ayete.

Yo puse más bombas que las de Barcelona por las que me habían condenado. Hubo un período que hicimos un seguimiento de los viajes de Franco, recuerdo que después de que Franco estuviera en Valencia y hablara desde el balcón del Ayuntamiento, al cabo de una semana colocamos allí una bomba. Teníamos miedo. Aunque colocar una bomba es una instalación sencilla, el movimiento psicológico siempre crea una cierta tensión, pero era la misma tensión que tirar octavillas o que ir a una reunión clandestina. El miedo es inherente, pero es superable.

Lo de Ayete fue una operación montada por las Juventudes Libertarias, en contacto con las organizaciones vascas que fueron el embrión de ETA. En una acción bastante bien montada, se llegaron a colocar unos kilos de goma en la garita de Ayete, por donde tenía que entrar Franco, accionados electrónicamente desde una montaña cercana, pero Franco pospuso la visita veinticuatro horas, y antes de que se pasara la carga electrónica, se hizo estallar.

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