Mapas para amantes perdidos by Nadeem Aslam

autor:Nadeem Aslam [Aslam, Nadeem]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: 13insurgentes
publicado: 2005-02-28T16:00:00+00:00

La danza de los heridos

Corresponde a los insectos la tarea de polinizar las flores. Pero Shamas recuerda que alguien le habló de una planta extraña que sólo se encuentra en una isla escarpada y cuyo polen tiene que ser recogido y trasladado de flor en flor mediante pinceles muy suaves. El insecto que había desempeñado esa función hasta hace muy poco se ha extinguido y era desconocido para el hombre. Todos coinciden en que la planta no habría logrado sobrevivir a través de los siglos sin ese insecto ahora desaparecido, pero nadie sabe cuál es. Las flores son los únicos indicadores de que debe haber existido hasta muy recientemente.

Son como flores colocadas sobre una tumba para llorar una ausencia.

Al igual que la tarde de junio va oscureciéndose en su camino hacia la noche, Shamas se dirige hacia el lago, imbuyéndose de la rica fragancia suspendida alrededor de la errante florescencia de una budleia, mientras le llega el sonido del aleteo de una polilla desde el interior del follaje verdigris como el arranque súbito de una máquina de coser.

Aquel vago perfume decide acompañarle durante algunos pasos, mientras, en el cielo, la luna avanza sin compañía alguna. Desde aquella tarde del mes de mayo en que se encontraron en Safeena, Shamas había visto a Suraya y hablado con ella en otras cinco ocasiones, durante las cuales jamás fijaron las citas posteriores de un modo firme y definitivo, por lo tanto él nunca tenía la seguridad de que ella se fuera a presentar, aunque siempre ansiaba que así fuera.

Los dos han continuado manteniendo un trato formal, casi tímido, y no ha habido entre ellos ni el más mínimo contacto físico, porque el puente que les une está hecho de cristal. Hasta el momento no ha habido consecuencia alguna y, por eso, a veces a Shamas le resulta difícil creer que todo aquello esté sucediendo realmente. En algún lugar había leído que, aunque los estímulos constantes de las experiencias diurnas nos impidan percibirlo, a un nivel más profundo estamos todo el tiempo soñando.

Cada encuentro con Suraya hace que en el interior de Shamas se incremente la sensación de estar traicionando a Kaukab. Esto no quiere decir que la esté abandonando, se decía a sí mismo durante los primeros encuentros, pero ya es lo suficientemente adulto como para engañarse a sí mismo con un razonamiento tan endeble: la está abandonando, sólo que sin marcharse de casa. Cada viaje hacia Suraya ha requerido un enorme coraje y Shamas intenta no pensar cuál sería la reacción de Kaukab si llegara a enterarse.

La luna está todavía baja y la tienda de cosas usadas está totalmente inundada de aquellos pálidos reflejos atrapados en todos y cada uno de los espejos mohosos y desconchados. En las zonas más oscuras del cielo se distinguen algunas estrellas y varias constelaciones y, al mirar hacia arriba, Shamas recuerda que, supuestamente, las galaxias no son otra cosa que el polvo que la montaña alada de Mahoma levantó al transportarlo a los cielos en su Viaje Nocturno para tener una audiencia con Alá.

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