Los secretos de Topacio by Catherine Brook

Los secretos de Topacio by Catherine Brook

autor:Catherine Brook [Brook, Catherine]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-12-12T16:00:00+00:00


Capítulo 14

—Te atreves a reírte, Rubí Loughy, y me olvido que eres familia.

Rubí se mordió el labio y respiró hondo para evitar estallar en carcajadas. La cara de Topacio era verdaderamente amenazante, si no la conociera tanto, incluso hubiera sentido miedo.

—Ya no soy Loughy —fue lo único que pudo decir para evitar que su prima estallara—. Ahora soy Rubí… —frunció el ceño como intentado recordar el apellido de su esposo; después de varios segundos, Topacio estuvo segura de que no lo sabía—. Bien, creo que Rubí Loughy está bien.

Topacio soltó una carcajada.

—¿Acaso en tres semanas de casada no le has preguntado el apellido a tu esposo? —se burló incapaz de contenerse—. Me pregunto qué te habrá mantenido tan ocupada para haber olvidado ese detalle.

—No es mi culpa que todo el mundo lo llame Aberdeen —se defendió y luego sonrió—. Y sobre lo que me mantiene ocupada… lo descubrirás cuando te cases.

Topacio fulminó a sus primas con su mirada. Zafiro había enrojecido, pero eso no impidió que el asunto le diera gracia porque se estaba mordiendo el labio para no reír.

—No me casaré —afirmó.

—Te daré el mismo consejo que me diste a mí. Resígnate.

—Creo recordar que, aunque te di el consejo, afirmé que yo no lo seguiría si estuviera en una situación similar, y también me acuerdo que tú tampoco lo seguiste.

Rubí se encogió de hombros.

—Pero aún así estoy casada. Eso demuestra lo poco que se puede luchar contra el destino.

—Estás casada gracias a mí —recordó—. No por el destino.

—Bien, por ello tú sí te casarás, sería injusto que no lo hicieras; después de que causaste mi matrimonio sin mi consentimiento, como afirmas, es justo que el destino se la cobre y elabore el tuyo sin tu consentimiento. La vida me está vengando —aseguró.

—Te hice un favor —se jactó Topacio—. Esta situación es de lo más injusta.

—¿Cómo puedes estar segura de ello?

—Lo estoy.

—Ya deberías saber, Rubí —intervino Zafiro cansada de seguir su discusión—, que Topacio es más terca que tú; no se dejará convencer de desistir de sus planes aunque esté pronunciando los votos frente al altar.

Topacio ignoró el comentario, más no así Rubí.

—Yo no soy terca, solo soy perseverante.

La otras Loughy rieron y Rubí las miró con el ceño fruncido.

—Cariño, si tú no eres terca, yo soy un ángel y Zafiro es una amante de la aventura.

Esta vez fue Zafiro la que frunció el ceño.

—¿Insinúas que soy aburrida?

Topacio asintió sin ningún remordimiento.

—No soy aburrida —dijo, aunque ni ella misma parecía muy segura— simplemente soy sensata y hago lo correcto. Tú deberías seguir mi ejemplo, si fueras aunque sea un poco sensata, no estarías todavía intentando librarte de una boda que es claro se va a realizar —ignoró la cara de fastidio de Topacio y siguió hablando—. Vamos Topacio, sabes bien que es así aunque te cueste admitirlo. No puedes desafiar una orden real, y si él no ha cambiado de opinión respecto a ti luego de la desastrosa cena que presenció y después de seguramente las muchas ofensas que ha soltado tu lengua, no cambiará de opinión ni ahora ni en lo que resta antes de la boda.



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