Lepanto: La batalla inacabada by Rafael Cerrato

autor:Rafael Cerrato
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Histórico, Novela
publicado: 2012-09-02T22:00:00+00:00

Venecia

Es difícil entender las actividades del Mediterráneo oriental en aquellos siglos sin valorar el papel decisivo de Venecia. Los orígenes de la ciudad de Venecia como tal hay que establecerlos sobre las ciento diecisiete islas e islotes situados en el Lido, laguna protegida por un banco de arena, al norte de Italia. Sus inicios se remontan al siglo V, cuando algunos de los habitantes de las zonas del Véneto y de Aquileya, acosados por los hunos y por los lombardos, se refugiaron en aquellas tierras pantanosas, difíciles de conquistar. En aquellas lagunas, los habitantes subsistieron en un principio dedicándose casi exclusivamente a la pesca y a la extracción de sal. En sus primeros tiempos, debían obediencia al exarca de Rávena (exarcado significa en griego algo así como «provincia exterior». En 585 el exarca Esmaragdo logró un tratado de paz con los lombardos por el que se fijaron unas fronteras. El exarcado era una franja que unía Rávena con Roma alrededor de la vía Flaminia. Comprendía, además, Venecia, Génova y Nápoles) y estaban bajo la dependencia del Imperio de Bizancio. En el año 697, aprovechando la debilidad del Exarca, eligieron como dux vitalicio a Anafesto. Comenzando por entonces su independencia y sus actividades comerciales entre las que se incluía el tráfico de esclavos.

Venecia iba a estar gobernada por sus propios duces, a partir de estas fechas, durante más de mil años, hasta que llegó Napoleón.

En el año 810, Carlomagno envió a su hijo Ludovico Pío para apoderarse de Venecia, pero sus naves se retiraron después de tropezar con los obstáculos a la navegación de la zona. En el año 827 fueron transportados a Venecia desde Alejandría los restos del apóstol San Marcos, quedando la ciudad bajo su advocación, y a partir de entonces se convirtió en una metrópoli comercial, con una gran vocación marinera, iniciando su época de esplendor.

Los venecianos carecían de tierra suficiente para cultivar intensivamente, pero siendo conscientes de su situación geográfica privilegiada en el centro del Mediterráneo, se volcaron en el comercio como única salida, llegando a construir grandes flotas y a establecer colonias en diversos puntos de las costas, para el abastecimiento de las mismas y para el mejor desarrollo de esta actividad.

Fue precisamente este espíritu comercial el elemento esencial en la formación de Venecia, y los mercaderes se convirtieron en la fuerza dirigente del Estado. De este modo, fueron las ricas familias patricias quienes introdujeron una forma republicana de Gobierno que no existía en ninguna otra Ciudad-Estado Italiana en la Edad Media. Estaban decididos a no ser mandados por cualquiera, especialmente cuando no servía a sus intereses financieros, y continuamente se alzaban en sangrientas rebeliones. Durante una insurrección contra el dogo Pietro Candiano IV, en el año 976, un incendio destruyó el centro de la ciudad, incluido el palacio del dogo, con los archivos de la ciudad y la primera iglesia de San Marcos.

El mandato hereditario de los dogos, como se practicaba en los primeros siglos, tuvo que transformarse gradualmente para preservar la paz interior, su

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