Las despedidas by Jacobo Bergareche

Las despedidas by Jacobo Bergareche

autor:Jacobo Bergareche [Bergareche, Jacobo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-15T00:00:00+00:00


10

Y ahora adónde la llevas, pensó mientras nadaba hacia su llaüt para acercarlo al velero y recogerla, mientras ella se hacía con su sombrero y su bolso. Un sitio bonito, que tuvieran champán, había que celebrar, no le preguntaría nada de lo que quería preguntarle hasta la segunda copa por lo menos, hasta que estuviera claro que estaban celebrando lo que fuera que viniese después, con las respuestas.

Si doblaba al oeste de la bahía tardaría media hora mínimo en llegar a ese beach club sin gracia, pero con vistas. Diez minutos para fondear. Media hora de vuelta. Una hora y cuarto, y a eso suma la conversación, una botella entera, no se iban a dejar una sola gota de la primera, y podría caer la segunda en función de la conversación, esa se la podrían ir bebiendo en el camino de vuelta. Hacia el este se tardaba cuarenta y cinco minutos, pero estaba la playa de Son Saura, era todo más bonito. Hora y media. Y la hora para tomar algo y hablar. Diez minutos el atraque en el puerto. Quince minutos el coche. Dos horas y media mínimo. Tres quizás. Imposible llegar a devolverle el coche a Claudia para que recogiera a Paula en el aeropuerto, tendría que poner una excusa: un call inesperado con Alberto, la operación con los canadienses, no saben lo que es agosto en España, acaban de despertarse en Toronto y les han entrado las prisas. Llega para la cena, que coja un taxi. Media hora para cambiarse y salir a cenar. Todo muy justo. ¿Y no podías hacer la llamada desde casa, tenías que quedarte en Fornells? Mejor esta: amor, me acabo de encontrar con una amiga americana, una casualidad increíble, está de paso en un barco con su familia. Me quedo un rato con ellos tomando algo. Pero si te lo dije, le prometí a Paula que la recogía, no le hagas explicar al taxista cómo se llega, vuelve. No tiene ningún misterio, le mando la ubicación y que se la pase al taxista. Que no es porque sea complicado, es porque le dije que iba, está llorando por las esquinas, no la voy a dejar tirada en el aeropuerto porque tú te hayas encontrado a una de repente, quedas luego con ella, como si no vienes a cenar. No, no, esto es mucho más complejo de lo que te imaginas, la tipa no es una cualquiera, me acosté con ella veinte veces sin condón en el Burning Man y se ha plantado aquí con un adolescente que tiene un parecido asombroso conmigo, tienes que ver el hoyuelo de su barbilla. Como comprenderás, tengo que averiguar si es mi hijo o no, creo que esto es bastante más importante que ir a recoger a la inútil de Paula. No, no llego a dejarte el coche.

Trepó por las escaleras del llaüt, y se fue a cobrar el ancla. Tres horas juntos podrían ser demasiado, quizás se les acabara la conversación, el silencio sería incómodo.



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