Las aventuras de Alicia by Lewis Carroll

Las aventuras de Alicia by Lewis Carroll

autor:Lewis Carroll [Carroll, Lewis]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Infantil
editor: ePubLibre
publicado: 1864-12-31T16:00:00+00:00


—Pues… sí…, un poco —le contestó Alicia con toda amabilidad.

—Pues has de saber que, en circunstancias normales, soy una persona muy valiente —y continuó diciendo en voz muy baja—: ¡Lo que pasa es que hoy tengo jaqueca!

—¡Y yo tengo dolor de muelas, que es peor! —exclamó Tararí, que había oído el comentario de su hermano.

—En ese caso, lo mejor será aplazar la pelea —dijo Alicia, aprovechando aquella oportunidad que le brindaban los hermanos para hacer las paces.

—No, tenemos la obligación de luchar, aunque sea un poco… Pero desearía que la pelea no se alargara mucho —dijo Tarará—. Vamos a ver, ¿qué hora es?

—Las cuatro y media —dijo Tararí consultando su reloj.

—Podemos pelear hasta las seis, si te parece bien, y después… ¡a cenar! —dijo Tarará.

—Me parece bien —convino el otro, algo taciturno—, pero siempre que ella presencie nuestro duelo… Debo advertirte que no te acerques mucho a mí —añadió dirigiéndose a Alicia—, porque, cuando se me sube la sangre a la cabeza, ¡doy mandobles a todo lo que se me pone por delante!

—¡Pues yo —gritaba, desaforado, Tarará— a todo lo que se me pone por delante… y por detrás!

—¡Pues a ese paso —decía Alicia, sin poder contener la risa— supongo que no dejarán ustedes un árbol sano!

—¡Cuando esto se acabe —exclamó con jactancia Tarará, mirando con satisfacción a su alrededor— no quedará un árbol en pie en muchos kilómetros a la redonda!

—¡Y todo por un sonajero! —dijo Alicia tratando de que se sintieran algo avergonzados, al señalarles la mezquindad de la causa por la que peleaban.

—¡Yo se lo habría perdonado —dijo Tarará— si no fuera porque el sonajero era nuevo!

«¡Ojalá llegue pronto el cuervo!», pensó Alicia, que no veía otra manera de zanjar aquella pelea.

—Sólo disponemos de un sable —dijo Tarará a su hermano—, pero tú puedes quedarte con el paraguas…, ¡pincha igual! Más vale que empecemos cuanto antes, se está poniendo muy oscuro…

—¡Y tan oscuro! —corroboró Tararí.

Efectivamente, la oscuridad había caído sobre ellos de una forma tan repentina, que Alicia pensó que se acercaba una gran tormenta.

—¡Qué nube tan grande y tan densa se acerca por allí! —dijo—. ¡Se nos está echando encima por momentos! Pero… ¿qué veo? ¡Parece como si la nube tuviera alas!

—¡Es el cuervo! —exclamó Tararí dando la voz de alarma; y los dos hermanos pusieron pies en polvorosa y desaparecieron en el bosque.

Alicia corrió tras ellos, pero enseguida se detuvo junto a un árbol muy corpulento. «¡Aquí estoy segura! —pensó—. ¡Es demasiado grande para meterse entre estos árboles! ¡Pero estaría más tranquila si dejara de agitar las alas de ese modo! ¡Menudo huracán se está armando! ¡Allá va un mantón! ¡Se le habrá volado a alguien!».



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.