La Misión del Alfa by Renee Rose & Lee Savino
autor:Renee Rose & Lee Savino [Rose, Renee & Savino, Lee]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Midnight Romance, LLC
Charlie
* * *
A la espera del ascensor, me percato de que no cerré completamente la puerta del despacho del director. El ascensor se toma su tiempo para venir y está casi llegando a nuestra planta cuando el guardia ve la puerta de la oficina del director y luego nos mira. Duda como si se cuestionara sus instintos. Dos conserjes, que nunca antes ha visto, en una planta segura, que solo limpiaron una oficina antes de marcharse. Está atando cabos. Veo el momento en que estamos acabados.
â¡Oigan! âEl guardia se da vuelta sacando su arma al mismo tiempoâ. Deténganse ahà mismo.
Con los ojos muy abiertos, Annabel levanta las manos.
â¿Pasa algo, hombre? âpregunto fingiendo sorpresa. No tendrÃa un arma apuntándonos si no sospechara.
âQuédense allà âordenaâ. Voy a comprobar algo. Con el arma todavÃa apuntando hacia nosotros, saca una radio. No puedo permitir que la use.
Empujo a Annabel detrás del carrito de conserje.
â¡Quietos! âgrita el guardia y deja caer la radio.
Antes de que dispare, le alcanzo en el pasillo y le agarro el brazo justo cuando el arma se dispara.
Maldito. El dolor de oÃdos me retumba en la cabeza, mis supersensibles sentidos reaccionan al disparo. Detrás del carro, Annabel chilla.
â¡Quédate agachada! âle digo mientras derribo al hombre, cojo su pistola y le rompe el brazo con un chasquido.
El ascensor suena. No puedo arriesgarme a que se abran las puertas y alguien vea esta escena.
Vuelvo al lado de Annabel antes de que el tipo al que golpeé se desplome en el suelo. Movimientos rápidos como un rayo, otro regalo del monstruo.
âPor aquÃ. âAgarro la mano de ella y caminamos por el pasillo. El guardia está inconsciente; se rompió la cabeza cuando cayó al suelo. De lo contrario, habrÃa gritado cuando le quebré el hueso. Envuelvo mi camisa alrededor de mi mano para abrir la puerta y llevar a Annabel al hueco de las escaleras.
âVenga
Nos apresuramos a bajar las escaleras. Mantengo mi mano sobre Annabel, sujetándola mientras busco mi comunicador.
âOtis aquÃâresponde mi amigo.
âNos descubrieron. Hubo un disparo. Llama a la policÃa.
âEntendido. âOtis suena tranquilo.
Annabel se tambalea y la alzo, aumentando mi velocidad. Me tienta pararme en la barandilla y saltar por algunas plantas restantes. Con mi nueva fuerza, probablemente estarÃa bien.
â¿Murió? âsusurra Annabel
Reviso mi memoria: el pecho del tipo subÃa y bajaba cuando nos fuimos.
âSe pondrá bien.
âNunca he visto a nadie moverse tan rápido. âSuena tan temblorosa que extiendo la mano para estabilizarla, luego dudo. Sin embargo, ella no vacila, solo se aferra a mÃ. No sabe del monstruo que soy, pero eso no podrÃa durar mucho. Cada vez es más difÃcil para mà esconderme.
âLo siento, Annabel.
â¿Por qué? Me salvaste la vida. âElla hace una muecaâ. Supongo que nadie le dijo a ese tipo que si disparaba primero, no podÃa hacer preguntas después.
No digo nada, solo la abrazo. Después de un momento, se aleja. Mis pulmones se llenan de su rico aroma, huele dulce como caramelo. El miedo en Annabel se ha desvanecido, reemplazado por una fuerte emoción primordial: el deseo.
â¿Está mal que esté totalmente excitada en este momento? âpregunta con brillo en los ojos.
descargar
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos. Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.
