La marca by Matt Brolly

La marca by Matt Brolly

autor:Matt Brolly [Brolly, Matt]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2021-11-23T00:00:00+00:00


CAPÍTULO VEINTINUEVE

No importaba que él hubiera muerto. La marca era la misma. D se la colocó en la espalda como las demás y ella experimentó el efecto transformador del metal abrasando su carne.

Como antes, el dolor la mareó. Llenó su cuerpo de una manera incomparable. Estaba perdida, era transportada con su cuerpo convulsionando. Su sangre ardía a medida que el dolor se extendía por su cuerpo en una ola deliciosa.

Pasaron minutos en el ensueño perdido. Había jugado con la modificación corporal mucho antes de que le impusieran la primera marca. Incluso a su corta edad, le deleitaba transformarse. En la casa de acogida lo llamaban autolesión, pero nunca lo entendieron. Sí, era una forma de escapar de la mundanidad de su vida, del acoso que sufría tanto en la escuela como en casa, y de pensar en los padres que nunca había conocido. Pero cada vez que se hacía daño, notaba el cambio en lo más profundo de sí misma: ya sea un arañazo profundo con las uñas, un pellizco en la piel con el cortauñas, la vez que se cortó la piel con un transportador del colegio. Cada herida era una capa adicional de protección contra el mundo exterior, un escudo que ella mejoraba con los tatuajes que se extendían por su piel.

Pero las marcas eran diferentes. La primera le había quitado su poder, pero las demás se lo habían devuelto con creces. Cuando los tres la sujetaron después de hacer cosas que nunca debieron hacer y colocaron aquel metal ardiente sobre su piel, comprendió que la habían cambiado de una forma que nunca hubiera imaginado. Durante un corto período de tiempo, había sido como si fueran sus dueños. No de la forma en que un granjero era dueño del ganado que marcaba, sino de una manera más profunda. Aunque la habían marcado, estaban tan unidos a ella como ella a ellos.

Eran familia. Una conexión que solo la muerte podría cortar.

Lo más irónico de todo era que probablemente habría dicho que sí si se lo hubieran pedido. No a la primera parte, eso no lo quería. Pero probablemente habría aceptado la marca en su hombro. Quería que la cambiaran y la habían cambiado, pero no como ella esperaba.

D parecía preocupado cuando ella volvió en sí.

—Esto no puede hacerte ningún bien —le dijo tras mostrarle la tercera marca nueva en su piel en menos de una semana.

A ella no le preocupaba. La marca era parte de ella ahora, una capa más de armadura bajo su ropa. La llevaría consigo esta noche, aunque el dolor aún no hubiera cesado.

Lo supieran o no, ella era diferente, y una cosa era segura: no pararía hasta que su cuerpo fuera un caleidoscopio de marcas.



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