La mala reputación de Andrea Evich (Spanish Edition) by Tatiana M. Alonzo

La mala reputación de Andrea Evich (Spanish Edition) by Tatiana M. Alonzo

autor:Tatiana M. Alonzo
La lengua: spa
Format: mobi
publicado: 2015-12-29T22:00:00+00:00


Querido Diario,

Si él no hubiera abierto la puerta, en este momento estaría muerta.

Andrea.

14

Andrea no se aparta un segundo de Aaron, Isaac y Brandon desde que llegó hoy a la Prepa. Incluso camina en medio de ellos. Hoy no los veo como sus amigos, sino como sus guardaespaldas. Son como tres enormes rothweilers que la cuidan a donde quiera que vaya.

Intento acercarme a ella en el receso, pero la veo negar con la cabeza, y eso me obliga a retroceder. No quiere que me acerque a ella. Ouch. Por lo menos gesticula un Lo siento antes de alejarse acompañada de esos tres. Sin embargo, me siento tan herido, que no intento hablarle en clase. Bien. Si prefiere la compañía de esos tres gorilas, bien por ella.

Pero duele.

Si. Estoy celoso y es un sentimiento que apenas conozco, y, por lo tanto, no sé manejarlo. Siento como si algo me quemara por dentro.

Estoy listo para irme a casa cuando la encuentro a la salida.

—Oye, lo siento —dice cuando me ve.

Dejando salir estúpidamente los instintos cavernícolas dentro de mí, intento ignorarla. No quiero hablar con ella. Estoy celoso, Andrea, y no quiero que te des cuenta. Déjame solo.

—Lo hice por tu bien —intenta explicarme, alentándome.

¡¿Qué?!

—¿Por mi bien? —suelto, volviéndome a ella—. ¿Es en serio? —Ella parece decidida a hacerme entender. ¿De qué me perdí ahora?—. Aunque en realidad no sé por qué me molesto. Nunca te ha gustado que nos miren juntos.

¿De dónde salió mi valentía para decir eso? Lárgate, hombre. Huye y salva tu dignidad.

—No es así, Oliver —dice, herida.

—¿Entonces cómo es, Andrea? —Estoy levantando mi voz. Nunca le había hablado así. Supongo que ella puede sacar lo mejor y lo peor de mí.

Ella me evalúa antes de responder. —Pensé que era a ti al que no le gustaría que le vieran conmigo.

¿Qué?

—Dame un motivo para que yo no quiera que te miren conmigo.

Me mira como si no pudiera dar crédito a lo que estoy diciendo. —¿Hablas en serio?

—Sí, carajo.

Bien, ahora estoy maldiciendo. ¿Quién este que está aquí y qué hizo con Oliver Odom? Andrea Evich me ha enloquecido.

Intento irme. Necesito tiempo para pensar, pero ella se interpone en mi camino. Ella quiere hablar.

—Oliver, escúchame —insiste, con actitud suplicante—, no quiero arrastrarte a mi mierda, ¿de acuerdo? —Yo niego con la cabeza. ¿Quién cuida de quién aquí?—. ¿No has escuchado todo lo que dicen de mí?

—¡Me importa una mierda lo que digan de ti!

Entonces escucho risas. Busco con la mirada el lugar del que vienen y veo a Joseline, a Karla y a Melanie, riéndose… de nosotros.

—¿La está botando?—se secretean.

Aunque lo hacen lo suficientemente alto para que las escuchemos.

—¿Cuánto a que le ruega que no la deje?

—¡Tiene tan poca dignidad!

Se están burlando de Andrea. Lo que sea que hayan escuchado de nuestra discusión debió hacerles creer que estoy terminando con ella.

Más personas se acercan, todos miran de mí a Andrea, sacando conclusiones erróneas de lo que ven. Trago saliva. Hace una semana les era indiferente a estas personas y ahora soy el hombre del momento en Radio-pasillo.



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