La España imperial 1469-1716 by John H. Elliott

La España imperial 1469-1716 by John H. Elliott

autor:John H. Elliott [Elliott, John H.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1962-12-31T16:00:00+00:00


Raza y Religión

1. LOS PROGRESOS DE LA HEREJÍA

Felipe II regresó en otoño de 1559 a una Castilla desasosegada y revuelta. Los acuciantes problemas financieros de los últimos años obligaron al Gobierno de la regencia a recurrir a toda clase de expedientes fiscales que disminuyeron la eficacia de la administración y debilitaron la autoridad real. Los cargos municipales fueron vendidos y las tierras de la Corona y su jurisdicción enajenadas. Los nobles habían intentado desviar las dificultades de la Corona en provecho propio y el pueblo, ya agobiado por el peso de las contribuciones a que la Corona le sometía, se veía aún más amenazado por la extensión de los privilegios aristocráticos.

La inquietud reinante aumentó enormemente con el descubrimiento, en 1558, de grupos protestantes en Valladolid y Sevilla. ¿También Castilla, la más católica de todas las tierras de la Cristiandad, iba a verse corrompida por la herejía luterana? En el clima febril de la década de los cincuenta el descubrimiento de protestantes en el corazón de España parecía muy alarmante por cuanto amenazaba con nuevos peligros en una época en que la Iglesia y la Inquisición creían haber cerrado con éxito las puertas a los avances de las doctrinas heréticas. Pero en realidad, la alarma resultaba completamente inmotivada. Lejos de constituir un nuevo y peligroso fenómeno, la pretendida herejía de las pequeñas comunidades de Valladolid y Sevilla era simplemente el final, bastante patético, de una historia de prácticas heterodoxas que había empezado muchos años atrás.

Desde los últimos años del siglo XV se habían dado en España, como en otros lugares de Europa, indicios de ciertas desviaciones de la corriente ortodoxa tradicional. Los estrechos contactos, a fines del medioevo, entre España, los Países Bajos e Italia, habían introducido en aquélla ideas nuevas, no acordes todas ellas con los cánones tradicionales de las creencias y la conducta religiosa. En los Países Bajos la Cristiandad había desarrollado una poderosa corriente pietista que tendía a valorar la oración mental a expensas de los formalismos y las ceremonias, y en la Florencia de Savonarola había adquirido un carácter visionario y apocalíptico que atrajo profundamente a unos cuantos franciscanos españoles que se hallaban entonces en Italia. Las dos corrientes tuvieron partidarios en España, en particular entre las mujeres devotas y entre franciscanos de origen converso. Pero sólo a principios del siglo XVI empezaron a tomar la forma de un movimiento religioso. El acontecimiento decisivo fue, al parecer, la conversión de una religiosa de la orden franciscana, Isabel de la Cruz, que se dedicó a organizar centros de devoción en Alcalá, Toledo y otras ciudades. Bajo su influencia, los Alumbrados o iluministas, como se llamaba a sus seguidores, abandonaron la aproximación visionaria de Savonarola por una especie de pasividad mística, conocida por el nombre de dejamiento, encaminada a la comunión directa del alma con Dios, mediante un proceso de purificación interior que debía acabar con la sumisión total a la voluntad divina. Esta clase de iluminismo había de triunfar en particular en Escalona, en casa del marqués de



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.