La Conejera by Tess Gunty

autor:Tess Gunty [Gunty, Tess]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Psicológico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-09-01T00:00:00+00:00

UNA LISTA DE CITAS DE HILDEGARDA, ESCRITAS EN EL CUADERNO QUE HAY ENCIMA DE LA MESITA DE NOCHE DE BLANDINE Y QUE JACK LEE UN MIÉRCOLES POR LA MAÑANA MIENTRAS SE TRAZA EN LA PIEL LA PALABRA NADA CON LA UÑA

Pero Dios regó a algunos seres humanos para que la humanidad no se convirtiera en una farsa absoluta.

El paraíso es un lugar placentero que florece en el verdor fresco de las flores y las hierbas y las delicias de todas las especias, repleto de perfumes exquisitos, adornado con las alegrías de los dichosos.

La tierra que sustenta a la humanidad no debe ser dañada. ¡No debe ser destruida!

El horror estremeció la membrana oscura con el impacto inmenso de sonidos y tormentas y piedras afiladas grandes y pequeñas.

La palabra simboliza el cuerpo, pero la sinfonía simboliza el espíritu.

¡Beber cerveza es saludable!

Incluso en un mundo que se va a pique, mantén la valentía y la fuerza.

Humanidad, mírate bien. En tu interior tienes el cielo y la tierra, y toda la creación. Eres un mundo: todo está oculto dentro de ti.

La Palabra es vida, ser, espíritu, toda verdor frondoso, toda creatividad. Palabra que se manifiesta en cada criatura.

La luz viviente dice: los caminos de la escritura conducen directamente a la alta montaña, donde crecen las flores y las preciadas hierbas aromáticas, donde sopla un viento apacible que porta sus poderosas fragancias; donde las rosas y las lilas revelan su resplandeciente rostro.

Las personas santas atraen todo lo que es mundano.

Te destruiré por completo, muerte, pues te arrebataré a aquellas personas de las que crees que puedes vivir, ¡para que así te llamen cadáver inútil!

El alma no está en el cuerpo; el cuerpo está en el alma.

Pues el terror del rayo vengador la vuelve terrorífica, y tierna la divinidad del sol radiante; y tanto su terror como su ternura son incomprensibles para los humanos.

Pero ella está con todos y en todos, y tan bello es su secreto que no hay nadie que pueda conocer la dulzura con la que sostiene a las personas, a las que perdona con misericordia inescrutable.

Yo soy Hildegarda. Sé cuál es el precio de guardar silencio y cuál es el precio de alzar la voz.

Pero, como Lucifer, con su voluntad perversa, deseaba elevarse hasta la nada, todo cuanto deseaba crear era en efecto nada, y en ella cayó y fue incapaz de levantarse, pues no había suelo alguno bajo sus pies.

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